El gran escape
¿Es verdad que ya no duermes bien como
antes? Te despiertas y no puedes dormir, Dios te llama a cualquier hora, hay
algo en el aire y no sabes que es; abres la palabra y Él te sigue
hablando. Cantas alabanzas y te quebrantas, Dios te habla en sueños, te inquieta
con sueños y visiones. Parece que cada mensaje del predicador da
justo para tu vida. Le preguntas ¿Qué pasa conmigo? ¿Qué quieres de mí? Entonces
algo sucede...en el mejor de los casos se comprende el mensaje con el corazón.
En el peor de los casos, quizás se puede considerar que unas merecidas
vacaciones en Tarsis sea lo mas apropiado que merecemos. El boleto está en la
mano y nadie puede detenernos. Así fue como a mitad del viaje y sin
premeditarlo, nuestro personaje Jonás por decisión unánime es arrojado al mar
en medio de una tremenda tempestad. Lo inesperado sucedió, y rapidamente
entendió que muchos factores indirectos eran producto de su responsabilidad. Un
gran pez enviado por Dios lo tragó y lo mantuvo en su vientre por tres días,
ese, seria "su lugar de tratamiento".
En algún momento de nuestras vidas, todos vamos a parar dentro de un
gran pez como Jonás en una circunstancia desesperante. Allí aprendemos a orar
de otra manera, entendemos que con un cambio de actitud se puede comenzar a
hacer bien las cosas. Recordemos que el profeta , no podía escapar de Dios
(nadie puede) pero le enviaba un sutil y silencioso mensaje de: "no me
interesa". Ahora deberá experimentar a través de una crisis, el resultado
de la desobediencia y comprender profundamente el valor de una promesa.
Alguna vez lo hicimos ¿verdad?
Prometimos tanto, en medio de lágrimas, con manos levantadas y dando un
espectáculo en la primera fila de la iglesia y luego nada. Hay una promesa
pendiente y Dios no la ha olvidado. Vamos, ¿no creerán que estoy poniendo en
boca de Jonás algo que el no dijo, o si?…
“…Pagaré lo que
prometí…” Jonás 2:9
Tres días y tres noches para aprender que
no se puede… ¿Escapar de Dios?... si por supuesto, pero no es eso a lo que me
refería,…
No se puede escapar de una promesa hecha a Dios,anunciar el
arrepentimiento ¿Qué vas a hacer a favor de tu propia historia? Así está el
panorama, es hora de sentarse y hablar con Dios, meditar en una expectativa
inusual, algo te quiere decir, algo me quiere decir, algo nos quiere enseñar…
Fragmento de: “Un estudio interno”
autor: David Fernández
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