Ciudad de La Plata- Buenos Aires-Argentina-01-01-2025, 0.00 a.m.
La soledad y el destierro que se genera
en una persona como una represalia a sí mismo, es el detonante a una implosión generalizada y sucede
cuando la llegada de la frustración es la alfombra roja en el alma que le da la
bienvenida. Se necesita un argumento valedero para no admitir que en el resumen
de los resultados desastrosos tuvimos mucho que ver. Diríamos, bastante que ver. Cuando Ricardo cerró la puerta, arrojó las
llaves del auto a la ventura, con fastidio para luego desplomarse sobre el
sillón. Pensativo con respecto a esto, menea la cabeza asintiendo una mala
costumbre que lo muestra implacable ¿demostrar? ¿A quién? Con un brazo
descansando en el apoyo lateral puede ver la ciudad de La Plata frente a un
gran ventanal. Tan imponente y bella como siempre. En el décimo piso de su
departamento hay silencio, allí vive refugiado hace un buen tiempo,
bah…recluido sería la manera correcta de
decir. Fue una decisión personal, eso de dejar su agenda en “stand by” y aunque
extraña el estar delante de mucha gente, está aprendiendo a saborear la soledad
en las antípodas de su ministerio. Es predicador, y es reconocido como un
siervo de Dios muy elocuente en su oratoria. Pero últimamente se juntaron
muchos opositores que rechazan el contenido de sus predicas. Hoy siente una confusión en su oficio, siente sed en el alma, algo no está bien. Se arma de valor,
busca su teléfono móvil, no lo encuentra y se desespera tomando aliento, al
punto de recordar que lo había arrojado al vacío ayer, porque fue lo primero
que le nació hacer; luego de que le dijeran que no lo tendrían en cuenta en
unas próximas actividades. Y esto a raíz de un duro mensaje que expuso en un
evento de interés municipal en la ciudad, a la que asistieron importantes
autoridades de gobierno. Finalmente pidió prestado a su vecino un
teléfono ─ Por favor, será solo un
momento ─ marcó el número…volvió a marcar, insistió…
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“¿Hola? ¿Podemos hablar?...
Últimamente no me he sentido bien,
cuando tengas tiempo, pasa a visitarme. En realidad, creo que siempre supiste
por lo que estoy pasando pero has estado ausente. Tal vez al vernos, pueda
apaciguar un poco el deseo de venganza que me asfixia. Solo espero que no me
recrimines por algo que en esencia no tiene nada que ver conmigo, sé que no es
por mí tu enojo. Ya ves que por culpa de tu amor siento que soy humillado y
avergonzado, no tengo otra manera de decirlo lo siento así y disculpa si soy
tan frontal. Busqué en medio de este silencio, una palabra
tuya para sostenerme y bueno… la hallé, si, y me hizo bien, fui feliz en ese
momento y así también el hecho de que la gente al verme recuerden tu nombre lo
tomo como un privilegio. Pero esto no cambia en nada mi parecer, no alimenta mi
ego, no presumí en sentirme alguien especial y contrariamente decidí apartarme,
desaparecer. Sí, es verdad lo que hice, me fui a mi propio desierto, a una
soledad que me hizo reflexionar de que yo no generaba este extraño sentimiento…fuiste tú quien me llenó
de cólera, de una indignación que me consume hasta los huesos ¿lo sabías?
Entonces… ahora pregunto, como quien pregunta al aire… ¿Por qué será que siento
que hay un dolor que vino a mi vida para quedarse indefinidamente? ¿Por qué es
que sospecho que no cicatrizara nunca mi herida? ¿Acaso no harás nada al
respecto? Todo lo bueno que pensé sobre ti, se volvió un espejismo, como algo
que se desvanece, y entonces es que siento la decepción sofocándome, ahora te
veo como un extraño oasis, del que desconfió…”
(Silencio de
ambas partes)…5 segundos después…
─ ¿Ya está? ¿Ya
dijiste lo que me querías decir?...bien, ahora me vas a escuchar. Tendrás que
considerar que algo en tu persona nunca sufrió un cambio, ¿lo sabías?, a decir
verdad, definitivamente algo reparador debe sucederte, tu manera de pensar debe
cambiar, tu manera de hablar debe ser diferente y tus actitud endeble, firme.
Así, en estas condiciones no puedes servirme a mí ni a ninguna buena causa.
Pero si cambias, si en verdad lo haces tendrás mi favor y nada de lo que
sientes ahora y te causa frustración, permanecerá; te ayudare a rehabilitarte,
dalo por seguro. Entonces sí, podremos vernos cara a cara. Sinceramente; siento
que hay cosas que están contaminándote y ¿sabes qué? Están en tu interior. Aun
así valoro muchas cosas en ti, cosas preciosas lo admito… pero debes descartar
la basura que guardas en tu corazón y lo ensucia. Es hora de que empieces a
trabajar de inmediato en esto, piénsalo bien, de lo contrario, esto puede
perjudicarte mucho, entonces, ¿porque no empiezas en marcar una diferencia?, no
seas como los que te rodean, ellos tienen que imitarte. Medita en esto y
tendrás todo de mi parte, voy a cuidarte, voy a defenderte de los malos y de
los fuertes, lo haré, ya lo veras…”
Paráfrasis del libro de Jeremías 15:15-21 –La Biblia RV60
Tomado del libro: “Antes que llegue el invierno”
Autor: David Fernández- 2025-´Copyright