El Éxito
Muchos de nuestros errores yacen en los
escondites de nuestro interior y no se manifiestan hasta el día que nos
sorprende y el error se comete, creyendo que los planes que encaramos son de
nuestra iluminación personal y si algo sale mal, decimos, “No era voluntad de
Dios”, si sale bien, subimos a Dios al carro, para compartir los aplausos y la
gloria que solo a El le corresponde.
Cuando alguien esta muy seguro de si
mismo, no consulta a nadie nada, el liderazgo seduce tanto al líder que ya no
mide el resultado de sus decisiones, ¿porque hizo esto?, ¿porqué hizo aquello?,
porque tiene una trayectoria, porque sabe mucho, porque hizo muchas cosas
buenas a favor de la obra… …porque si.
Cuando el orgullo se mezcla con
el poder, el resultado es
Genuinamente volátil. El orgullo nos hace pensar
Que tenemos
la razón y el poder nos da la capacidad de
Imponerle nuestra visión de justicia a cualquiera. La unión
Entre
el orgullo y el poder nos lleva al borde de lo demoníaco
* Richard Foster. Money, sex &
Power
(San Francisco; Harper e Row publisher. 1985), p. -189
Es muy oportuno el comentario que también aporta al tema
Myer Pearlman, en su libro teología bíblica y sistemática:
“Algunos de los reyes de Babilonia y Tiro (Ezequiel 28,
Isaías 14), reclamaron para si en forma blasfema,
Adoración como si fuesen seres divinos (comp. Dn. 3; AP.
13:
15; Ez. 28: Hch. 12: 20, 23) e hicieron de sus súbditos
Juguetes
de su despiadada ambición. Para advertir a los
Tales, los profetas inspirados de Dios descorrieron el velo
Del pasado lejano y presentaron la caída del ángel rebelde
Que dijo: “Seré semejante al altísimo”
La
lección era la siguiente:
Si
Dios castigo el orgullo blasfemo de este ángel elevado,
No
dejara de castigar a cualquier monarca que se atreva a
Usurpar el lugar de Dios.”
* Myer Pearlman, Teología Bíblica y
Sistemática
E. Vida. 1958, Cáp. 3 Los Ángeles I;
satanás, p. 83
Inesperadamente llegara
como una neblina amenazadora quizás para entonces sea tarde. La bruma tan
temida ¿Quién podrá detener su avance? ¿Cómo frenar un búfalo que arremete sin
control? ¿No ha sido alimentado en los pastizales del orgullo? ¿Saciado en las
aguas del sudor que brota de un cuerpo hasta el cansancio? Empecinados por un
logro y la necesidad del aplauso. Toda la trama de un ministerio frívolo por
reconocimiento humano, ha dejado viciado el templo de Espíritu Santo.
No hay
lugar para dos señores. (Lc. 16:13)
El callejón no tiene
salida, el Búfalo viene a toda velocidad, no siente simpatía por su creador; lo
estrellara contra la pared hasta hacerlo trizas.
Señores y Señoras… …con ustedes,… ¡”el señor éxito”!, pero la bienvenida
a este señor es la tragedia ministerial, allí todo termina, ahora el camino de
regreso se volverá duro, pero es necesario.
Para los años 80 me
encontraba trabajando en una compañía, allí conocí una persona, su historia es
muy singular, aunque breve, dejo una lección, que en lo personal es valiosa.
Esta persona era Eduardo con virtudes y errores, era un buen empleado obediente
en todo.
Cierta vez le fue ofrecido un
ascenso muy importante en la empresa, de un día para otro fue puesto en su
nuevo lugar y su sueldo se multiplico… …juntamente con sus secretas
intenciones.
Le habíamos recomendado
junto con otros compañeros de trabajo, que la transición no cambiara su manera
de ser, a lo que respondía:
“saben como soy, nada cambiara mi
actitud, no se preocupen”,
Pero algo sucedió en el, algo
trastorno su identidad, su sonrisa desapareció, se había vuelto soberbio,
déspota, no tenia contemplación con ningún empleado. Comenzó a dar nuevas
órdenes sin consultar a otros superiores, yo lo observaba, realmente como había
cambiado, el mentón en alto, el ceño fruncido; se sentía como un rey poderoso
paseándose en el palacio. Salía de su oficina a las instalaciones para que
sintieran su presencia y lo saludaran, algo así como una sutil reverencia que
alimentaba sus deseos de llegar aun mas arriba.
Pero ocurrió lo que
nadie esperaba, la compañía quebró, perdió licitaciones y los acreedores se
amontonaron, todo se hundía. Una nueva empresa llego haciéndose cargo de todo,
incluso del personal que también era absorbido para el staff. Recibimos
instrucciones de firmar el nuevo contrato, de uno por vez, entrábamos a la
entrevista con el nuevo personal jerárquico;… pero Eduardo, incomodo con la
situación de manera desprolija e irrespetuosa irrumpió allí buscando saber cual
seria su privilegiado puesto, “¿y, yo… que tengo que hacer?” “mi cargo era”… …,
Lo sacaron de aquel lugar y le dijeron:
” ¡Tome esta escoba y limpie
el deposito!”,…
Su rostro pálido, la repentina
depresión se apodero de el, todos habían
escuchado la orden.
El murmullo de las
burlas, las risas ahogadas, fue un suplicio gratuito, cabizbajo, no podía
soportar esta humillación, ayer arriba, con el poder en su mano, hoy
escarnecido por la burla publica. Se desvaneció y quedo tendido, en vano fueron
los intentos por reanimarlo, murió de un infarto al corazón. La última imagen
objetiva es la de mucha gente rodeando a un hombre sin vida que yacía en el
suelo… …con una escoba en su mano. (Ezequiel
28: 18).
La reflexión para un
líder es esta: “si estas dispuesto en tu mejor momento de gloria, tomar una escoba en publico y usarla sin
inhibiciones, aun conservas la humildad”.
El tratamiento de
restauración en el liderazgo que se ha visto involucrado en una interpretación
distorsionada del verdadero propósito de Dios, muchas veces es resistido, pues el sirve debe ser sumiso e incondicional, y esto tal vez no es deseado
por la abstinencia de poder, privilegios, aplausos. Perder la oportunidad, de
reparar la tierra que es soberanía de Dios puede ser peligroso.
No sera fácil asumir esta condición frente al Padre, ¿Qué actitud tomar?, la tantas veces predicada vestimenta del
hijo prodigo es una realidad, hay que ponérsela encima
Llegara el día y todo
dependerá de una decisión. Terminara en un llanto ahogado sobre su hombro
recibiendo amor y perdón
Para concluir lo de la escoba es solo un ejemplo práctico,
un líder no se mide con esta medida, hay otros valores que hacen a su
formación, solo que hay que estar preparado para repasar la primera y
fundamental lección: “obediencia a Dios”.
Fragmento del libro " El Beso en la mejilla" autor: David Fernandez