martes, 4 de junio de 2013

La Carta
 Un cambio de actitud a otra, sucede muchas veces de la manera mas insólita, no hay un estereotipo previsible como norma, y esto ocurre en mayor o menor grado en el orden de muchos cosas.
      Alguien cruza el umbral de la puerta de su casa con rumbo a su trabajo. Viste elegante traje, mira el día diferente, se saca la corbata, después de tantos años decide estar informal, al llegar al lugar todos lo ven diferente; no dicen nada. Esto vuelve a repetirse una vez, otra vez, y otra vez, como es una normativa de la compañía comienzan a llamarle la atención.
      Para variar, otro día deja sus clásicos zapatos y va de zapatillas, para los directivos esto ya no es normal, algo esta sucediendo en el… Puede costarle el puesto.
     Mucho tiempo supuse que las cosas son como siempre fueron y que si uno intenta ser persuadido de este principio es un trasgresor, debido a mi empapado entorno cristiano desde mi infancia vestí un determinado modelo de ropa. Hasta que un día todo fue diferente.
      Eliseo era un joven con planes como los que tienen cualquier persona, mientras realizaba su trabajo, lleno de sudor, detuvo la yunta de bueyes que guiaba eficazmente. Una yunta de doce bueyes no la tenía cualquiera, para cualquier estanciero un par de estos animales bastaba para salir de apuros. Esto era como tener la ultima maquina sembradora del mercado, con toda la tecnología de avanzada. (1 Reyes 19:19)
        Alguien se acerco lentamente a el, y cuando estuvo lo suficientemente cerca solo puso sobre su espalda un manto… Ah!... ¡Un manto común y corriente!... No, no era cualquier cosa, había algo allí. Desde aquel día, Eliseo no fue el mismo.
     Soy parte de una generación que a mitad de camino sufrió un cambio sustancial. Cuando mis padres a mediados de la década del 50, fueron llevados a los pies de Cristo recibieron una sana doctrina. A pasado mucho tiempo de aquello, hoy, son los únicos fundadores, de aquella iglesia, que están con vida. Los grandes bautistas del siglo pasado ya no están, ellos pasaron la antorcha a los sucesores.
        Esa antorcha encendió también un espíritu denominacional, lo cual, no es un documento de identidad cristiana, antes bien, es el reconocimiento personal de filiación institucional, hacia aquellos que infundieron de su pasión evangelizadora en cada cristiano renacido.
      Me siento tan bautista como Pablo Besson, como Billy, como Luís, como cualquier otro hermano en Cristo, como tu, como aquel. ¿Qué te parece? ¿No es un privilegio ser cristiano?; ¡claro que si!
         Tuve el privilegio, como muchos, de ser sorprendido por el Espíritu Santo. Cuando quise cubrirme con mi escudo, perdón… Cuando quise volcarme en mi trabajo de manera eficaz. , sucedió lo inesperado para mí. No me arrepiento de esto, claro que no, doy la gloria a Dios, el es soberano; no me llevo de los cabellos hasta ese punto, me guío amorosamente. Hoy es un hecho, como el día en que  nací de nuevo. Fue un día también diferente, alguien se acerco… Y puso algo sobre mí.
       Me siento tan Pentecostal como William Seymour, como Oral, como Benny, como cualquier otro hermano en Cristo, como tu, como aquel.
 Me apena pensar que esta postura despierte a ciertas preguntas sarcásticas en algunos, como: - ¿para que equipo juega hermano? La Biblia abunda en conductas que nos identifican con un hecho, ahora presta suma atención: cada suceso fue único y cada protagonista cumplió un rol que afecto en lo personal y así también en relación a su futuro.
         Desde el Edén el hombre marco un acto único históricamente, pero las conductas fueron repetidas en cada generación.
        No he traicionado a Jesús, (Judas lo hizo), no he negado su nombre (Pedro lo hizo), no perseguí a los cristianos (Saulo lo hizo), no he quemado a nadie en la hoguera (la inquisición lo hizo), no rompí biblias (alguien lo hizo)… Solo permití que alguien llevara mi vida, a que la persona del Espíritu Santo tocara mi espíritu denominacional (Cristo lo hizo).
        Por sobre todas las cosas soy un cristiano, un hijo de Dios, como cualquier hermano en Cristo, como tu, como aquel.
No me avergüenzo del evangelio por que es poder de Dios.
No me avergüenzo de Cristo, por que es el autor y consumador de la fe.
No me avergüenzo del Espíritu Santo, por que principalmente me convence para arrepentimiento.
Hace 50 o 60 años el feudalismo se había apoderado de las iglesias,
Hoy  damos gracias a Dios, porque levanto siervos en cada nación con un sentir diferente y esto fue desapareciendo.
       Muchos principios eran una cierta “contra – cultura evangélica”, finalmente los grandes lideres del siglo pasado, resistieron tenazmente la influencia de nuevas corrientes doctrinales, y esto fue bueno en parte y así también malo… En parte.
     ¿Hubo innovación o censura? , si hubo censura fue por haber entonces discrepancias, si hubo innovación fue por despertar de un sueño fundacional (relativo a los fundadores) aquellos que plantaron una bandera hasta entonces con colores inalterables. Nadie va a alterar tu posición si no lo deseas, ni que comiences a izar otra bandera, fue un largo camino el que has recorrido de la mano del Señor, tus pisadas son firmes, créeme, Dios no busca hacerte tropezar, ni detener tus yuntas de bueyes, solo si tu vida plantea una búsqueda diferente, aun viviendo en la sana doctrina, sentirás que algo cae sobre ti. Es entonces que reaccionaras súbitamente y muchas cosas comenzaran a manifestarse de otra manera. Inexplicablemente los bueyes quedaran solos, y dos irán al asador:   
“Entonces dejando el los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: te ruego que me dejes besar a mi padre y a  mi madre, y luego te seguiré. Y el dijo: ve vuelve;  He hecho yo?”                                                                                       1 Reyes 19:20
  Dios tiene planes con todos sus hijos, y muy bueno, pero muchas veces lo adaptamos a un modelo o formato clásico y costumbrista. El desea que cada uno, viva la vida cristiana abundante, fíjate que no he priorizado las experiencias, ni un poder sobrenatural.  Pero un cambio sucede esto es indiscutible, comienza una relación muy personal con Jesús, deseas su presencia en tu vida, autoridad de la palabra, autoridad en su nombre, quieres servirle como antes no lo hacías… Sientes que algo hay en ti, que algo sucedió, que te has convertido en un buscador de algo muy preciado y no fácil de obtener. Pero para esto hay muchos Eliseos anotados y no desmayaran hasta obtenerlo: “Vive Jehová y vive tu alma que no te dejare” (2 Reyes 2:2)
       Luego de aquella calurosa tarde de verano Eliseo no fue el mismo, el se había trasformado en un incansable buscador, había descubierto “una mina de oro sobrenatural” y esto fue una convicción firme de la cual no se deshizo bajo ningún concepto.
      Hoy en día hay una generación de Eliseos que ha despertado a una búsqueda inusual de un tesoro, como arma poderosa para el servicio en cualquier terreno. Estos buscadores no desmayaran hasta conseguir una doble porción del Espíritu, ellos están esperando encontrar ese manto desesperadamente, como aquello que desate un avivamiento en sus vidas; encontrando allí toda manifestación del Espíritu.
      Este manto es simbólico, no hay un mensaje subliminal detrás de esto, no lo busque porque no lo hay, (mis disculpas por decepcionarte), pero así identificamos la unción del Espíritu, como aquello que lleno de poder a muchos héroes de la fe, en la historia bíblica y así también en la historia del cristianismo .Para que en el nombre de Jesús cada siervo, sea un instrumento que testifique en su generación y muchos sean salvos.
      Hay un manto de Elías dando vueltas…y nadie lo ha tomado aun.
Esta unción del Espíritu Santo, a quitado el sueño a muchos ¿y como no? Si es el óleo sagrado que  Dios derrama, sobre quien cumplirá una función  en su obra.
Desinhibidamente están detrás de” una quimera  espiritual…buscadores de oro”.
       El primer efecto directo en Eliseo fue un cambio de actitud y luego el servicio incondicional (1Reyes 19:21), no se puso a razonar ¿Por qué esto? ¿Porque aquello?
Solo retuvo algo que progresivamente lo llevaba a una transición voluntaria; que por ultimo fue lo más deseado en su vida, tanto que termino transformándose en la sombra de Elías ¿Qué te parece?
 Elías decía: Voy de compras al mercado-
Eliseo          Pues yo voy contigo-
Elías             Voy a ver a mi abuelita-
Eliseo           La mía vive cruzando la calle, te pago el pasaje vamos juntos –
¡WAU! (suspiro) Eliseo no iba a perder aquello por lo cual había renunciado a muchas cosas  y mucho menos que otro se le adelantara.
      ¿Estas razonando todo esto? ¿Estas pensando que hay una distorsión doctrinal subjetivamente materialista?... con eso del oro, la quimera, el  tesoro…no te preocupes, mientras el odre sea viejo no habrá problemas, se romperá y todo se perderá  .El vino nuevo se perderá, se escurrirá, y el odre seguirá siendo viejo, no producirá una crisis no afectara porque no retuvo su sabor.
Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar (Mt.5:37)
       Si crees estar arando correctamente aferrate al mismo, sigue haciéndolo, ignora el manto, apura tu trabajo no correrán detrás de ti, no te perseguirán por este motivo.
      En mi memoria guardo recuerdos imborrables de aquellas campañas bautistas, las conferencias regionales, el  tiempo de la niñez. Me veo corriendo en medio de sogas tensadas que sostienen las carpas, corriendo entre bancos de madera .Mi padre muy joven, involucrado en las tareas de organización, toda la familia amaba estar en estas actividades, en la iglesia .Por haber crecido de esta manera es que también amo estar en la casa de Dios.
       No importaba si nuestra condición económica era humilde o si teníamos un buen pasar, no era lo importante, mis padres me enseñaron a seguir a Cristo a costa de cualquier situación.
       El que era cristiano en esos tiempos era pionero en muchos aspectos .Como ciudadano coopero en la historia de un pueblo, como creyente dejo huellas de su paso levantando iglesias, formando lideres, evangelizando, educando la niñez. Nuestros pastores fueron misioneros que llegaron con una visión: formar cristianos con una fe sólida. Esta obra  empezó a florecer y dio nacimiento a otras congregaciones.
       Estoy resumiendo la historia familiar, muchos años de trabajo, testimonios que hablan de momentos tristes otros alegres, pruebas, sacrificios… tiempos de arar, de preparar la tierra para la cosecha.  
      Luego de recorrer la mitad de nuestra nación Argentina, a causa de encontrar un buen tratamiento medico a mi enfermedad (todo era parte del plan de Dios) Nos radicamos en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires. Comenzamos a congregarnos en una iglesia cristiana evangélica, que no se identificaba con ninguna denominacion algo“muy singular”. Luego de consolidarnos en la membresía a través de muchos años y en medio de una hermética (hermetismo)  doctrina fundamentalista que censuraba y parcializaba la palabra; comenzamos a notar paralelamente (en nosotros mismos) un cambio de actitud personal. Fue en este tiempo en que nuestras vidas experimentaron una transición voluntaria. En un arduo trabajo donde el esfuerzo por la obra nos enseño la renunciación a distracciones en muchas ocasiones.
      Mi infancia transcurrió con el ritmo particular de una familia cristiana, como tantas que convirtieron sus hogares  en pequeños templos.  La mudanza semanal era moneda corriente en nuestros días. Cada día de reunión mas los domingos  con la escuela dominical, nuestro living se convertía en templo, todos los muebles amontonados en las habitaciones “humillaban” nuestro confort… Pero no importaba valía la pena, por amor a Cristo. Pero todos aquellos que nos prodigaron su amor y aun viven en el recuerdo ( No les guardamos rencor en nada), cuando notaron un cierto despertar espiritual, una actitud diferente con respecto a la relación con el Espíritu Santo; cambiaron sus miradas fraternales, por el de un duro rostro.
      Esta convivencia la sufrimos en silencio, mi adolescencia no comprendía algunos formalismos eclesiásticos, mucho menos… Esa carta, que leí accidentalmente tal vez olvidada por mis padres, sobre la mesa. Mi madre de espalda preparando el almuerzo y sollozando con gemidos contenidos. Ella no supo jamás que yo la leía.
      Comprendí con el tiempo, el dolor que siente un fiel cristiano cuando alguien lo llama “apostata” injustamente, o ser llamado a retractarse públicamente en una reunión de miembros.
      Pensé en Martín Lutero, pensé en la Dieta de Worms… En ese martes 16 de abril de 1521, donde se lo llamo a retractarse de sus nuevas y revolucionarias doctrinas. Pero el tiempo de la reforma ya había pasado; no estábamos en la Catedral de Witemberg, no era siglos XVI, era siglo XX. Mi madre sollozaba, mientras yo leía esa carta:
     
 “...y de no cambiar dicha  postura doctrinal considérense expulsados de nuestra iglesia”.
                                                              Saludamos atentamente en el amor de Cristo.

¿En el amor de Cristo?... ¿En el amor de Cristo? Muchos años en el arado, amando el trabajo, preparando la tierra para la semilla, para que el Señor de el crecimiento… Y todo por un manto… Sorprendidos por el Espíritu Santo…

Tomado del libro “El Beso en la mejilla” cuarta parte: “Hay un manto de Elías dando vueltas”

Autor: David Fernández

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