viernes, 10 de mayo de 2024



Día púrpura         
(Mensajes inolvidables)
                                     

         Si es necesario, te pido perdón, pero no es mi intención herir tu sensibilidad teológica, ni tú sueño apostólico de conversión. Es mi deber como ministro de la palabra el ser frontal con algún tipo de mito cristiano instalado hoy en algunos, que lejos de tener una raíz pecaminosa solo es el fruto de una interpretación equivocada de un evento bíblico. Hago referencia en este caso a la tan conocida historia de Saulo de Tarso, quien luego se convirtiera en Pablo, el apóstol que llevo el evangelio a lugares inalcanzados por algún otro y a quien Dios le mostró cuanto iba a padecer por la causa de Cristo.
      Saulo fue un hombre implacable en su deber, militar respetado por sus pares y cuanta autoridad religiosa lo conociese. Su máxima expresión  inquisitoria  la encontramos en el tiempo en que decide que el es quien debe acabar con los llamados “los del Camino” mas adelante llamados cristianos. Así es que, respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, pidió cartas, poderes, autorización para arrestarlos y traerlos presos a Jerusalén. Entonces yendo a la ciudad de Damasco sucedió lo inesperado…

“…repentinamente le rodeo un resplandor de luz del cielo.
Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía:
Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?
El dijo: ¿Quién eres Señor? Y le dijo:
Yo soy Jesús, a quien tú persigues;
dura cosa te es dar coces contra el aguijón“ Hechos 9:3

Mucha gente iba con el, pero nadie recibió ni un gramo del cielo, solo Saulo, un mensaje con línea directa a su intelecto, su corazón, su despotismo postrado y avergonzado. Saulo, el temerario es ahora un no vidente que necesita que lo lleven de la mano a un lugar seguro. Hasta aquí esta todo bien.

Pero…olvídalo…no lo consideres…si alguna vez pensaste que esto te pasaría literalmente a ti, descártalo, no será para esta generación. Párate frente al mar, olvídalo, no se abrirá, la zarza no arderá sin consumirse y Dios no estará llamándote desde allí. ¿Refrescarte los pies? ¿Caminando sobre las aguas?, ni lo pienses. Creo en un Dios de milagros, que salva, sana, resucita muertos, pero eso de abrir el mar mañana para cruzar a la otra orilla solo porque se te dio la gana que Dios lo haga para probarte algo, ni lo sueñes…Si ya se que alguno se rasga las vestiduras y me mira de manera despectiva, pero es así de sencillo. No es ya para esta generación. Comprendo bien eso de “decirle al monte quítate y échate al mar”, usted me entiende, la fe al punto de desafiarnos a intentar lo imposible…pero esto es otra cosa.
Jesús lo dijo a quienes demandaban señales:
“Señales piden y señales no les será dada…”
A ver,…seguramente tu tienes un testimonio sorprendente de conversión, como el de muchos de tus hermanos en la fe, bien, esto es algo motivador para aquellos que viven su vida cristiana con pasión y tienen en ti y en muchos otros; una fuente de inspiración.
¿Sabes que? , Pablo contó su testimonio solo en dos ocasiones como lo cuenta la palabra de Dios, y encontramos entonces que este evento es relatado en tres ocasiones.
Capitulo 9 del LIBRO DE LOS HECHOS--------------- CONVERSION
Capitulo 22                                                 …………… Relato del testimonio
Capitulo 26                                                 ……………. Ultima vez que relata  su testimonio  

Pablo nunca más volvió a hablar sobre esto, pero aun así en determinado momento de su defensa ante el rey Agripa Capitulo 26, el apóstol Pablo  revela el secreto de su pasión. Lamentablemente hoy, muchos de nosotros hemos  tomado una actitud definitivamente opuesta, aunque inicialmente tal vez haya sido otra.
En uno de sus viajes misioneros Pablo llega a Filipos, primera ciudad de la provincia de Macedonia. Allí junto a Silas su compañero de trabajo habla a unas mujeres junto al río sobre el mensaje de la cruz. Aparece en escena una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, que adoraba a Dios y dice la palabra que:
“estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía…”

¡Alto! Fijemos el evento en una escena congelada, ¿pueden ver un resplandor de luz del cielo? ¿no? ¿Están seguros? ¿Qué paso con ella entonces? ¿No recibió una palabra en su corazón habiendo tantas personas reunidas y ella sola estuvo atenta a una voz?...Ella tenia enfrente un día rutinario de ventas; el afán diario de obligaciones, como tu, como yo como todos aquellos que vivimos atrapados en un sistema  de consumo y materialismo, oferta y demanda. Algo que siempre tiene un lugar primordial en nuestra vida. Como aquello que nos ayudara a demostrarle a quien sea que clase de sujetos somos, exitosos o perdedores…y un milagro en pleno día, Dios ilumino un corazón con el evangelio de Cristo. ¿Estamos seguros de no haber visto luz del cielo?
Finalmente Lidia es bautizada y su familia también. El día de su conversión se tiño de púrpura, debe haber sucedido eso, solo imagino que aquel color tan costoso y preciado por la realeza y por autoridades religiosas; aquel día quedo desparramado en el suelo, en su puesto de venta. Y todo por el impacto que causo una palabra directa al corazón.
  Gozosos Pablo y Silas siguen con su trabajo, que es de anunciar a Cristo. En un incidente callejero, una muchacha con espíritu de adivinación entorpeciendo día a día el evangelismo es reprendida por el apóstol echando de ella el espíritu de adivinación y ¿adivinen que?, bueno…no adivinen, porque estarían haciendo lo mismo.  Solo quiero decir que el negocio de quienes explotaban a esta muchacha con esta capacidad se había esfumado en el nombre de Jesucristo. Así es que nuestros amigos van a para a prisión acusados de alterar el orden publico, no sin antes haber sido azotado. Allí encadenados y puestos en celdas con cerrojos son privados de la libertad. Si…como hemos estado algunas veces, cuando una determinada circunstancia nos llevo a estar cautivos y oprimidos por Satanás. Cuando nada parece ser posible de liberarnos de ese momento. ¿Cantar? ¿Orar? Ni lo piensen, no esta en nuestros planes. No hay motivación, nada nos inspira, todo parece indicar que estamos sin salida.

“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios y los presos lo oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárceles se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron…”

Cantar y orar, ¡vaya química!…entonces sobrevino Dios ¿Quién?… ¿pueden ver el resplandor de luz del cielo en aquella prisión? ¿No? ¿Están seguros? Tantos presos, un carcelero que cumplía con su deber, un día rutinario de trabajo en el cual debía cumplir su función con mucho cuidado. Pero algo inesperado ocurrió  en medio de su afán y obligaciones. Jesús cruzándose en el camino de un simple carcelero, para cambiar de dirección su vida y también la de su familia.

Hay algo que no aparece en el capitulo 9 del libro de los Hechos, tampoco esta en el capitulo 22. Solo lo da a conocer Pablo en su testimonio ante el rey Agripa en el capitulo 26; haciendo defensa propia de su llamado, bien hermano David ¿va a decirnos cual fue el secreto de la pasión que encendía el llamado de Pablo y que el mismo lo declara en su testimonio?

“Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret.
Poder. Encierro. Voto. Muerte. Castigo. Fuerza. Blasfemia. Enfurecer. Perseguir. Ocupar. Comisión. Luz del cielo. Rodeado. Caí. Oí. Voz. Hablar. ¿Quien eres?
 Saulo. Saulo. Saulo. Saulo. Saulo
¿Por qué me persigues?
Soy Jesús. Soy Jesús. Soy Jesús.
Me persigues. Me persigues. Me persigues. Me persigues. Me persigues.”

“Pero levántate… para esto he aparecido a ti…para ponerte por ministro…testigo…te envío…para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satanás  a Dios, para que reciban por la fe que es en mi, perdón de pecados y herencia entre los  santificados.”
Entonces el apóstol es sincero y reflexiona.
Versículo 19  del capitulo 26…
”…no fui rebelde a la visión celestial”…
Allí esta, este es el secreto de su llamado. Nuestro instante de conversión será  el incidente bíblico contemporáneo, alguna vez estamos camino a Damasco haciendo cosas en contra de la voluntad de Dios, y el se cruza en nuestro camino para decirnos:
“deja de lastimarte con aquello que te lleva a una vida de pecado, dando coces contra el aguijón” ¿entiendes?...vicios, adulterios, fornicación, rebelión, lujuria.
 El evangelio de Jesucristo nos alcanza trayendo luz a nuestro corazón y dándonos un mensaje personal entre tanta gente que nos rodea como espectadores. La visión celestial para esta generación es esta, la señal de Cristo resucitado.  No habrá un resplandor, no habrá una voz del cielo, no caerás de un caballo, no quedaras ciego por un evento sobrenatural. No andarás por la carretera en tu automóvil y  sucederá algo involucrado a un prodigio de la naturaleza tan solo para que creas que el Señor te llama a cambiar tu vida. No será así…será mas sencillo de lo que piensas…tal vez tan solo Dios abra tu corazón y estés atento nada mas.
 No seas rebelde a la visión celestial y quizás sin darte cuenta, tu día se tiña de púrpura cuando la  palabra de Dios te hable directo al corazón y corras a compartirlo a tu familia. Que Dios te bendiga.


Resumen del mensaje dado por el pastor David Fernández
en la iglesia  bautista"El Buen Pastor"- ciudad de la Plata. Buenos Aires- Argentina

lunes, 6 de mayo de 2024

ROMPIENDO TUS LIMITES




ROMPIENDO TUS LÍMITES

Mensajes inolvidables

En un enfrentamiento bélico, se emplean estrategias de combate, si bien esto puede definir un conflicto también puede agravarlo. Quien tiene un poder armamentista importante tiene una chance extra y puede estar más confiado en un posible resultado a su favor. Si a esto le sumamos una coordinada y bien ejecutada estrategia, se hace más sencillo ganar una guerra.

Una parte de la batalla se libra en el campo, en las trincheras, en el fuego cruzado. Donde soldados bien entrenados deben dar muestra de su valor, patriotismo y espíritu guerrero. En esto no puede fallar la nación que manda a quienes están capacitados para estar en el frente de batalla. Nadie que lucha con sus propios temores y conflictos mentales puede ceder al avance ordenado por sus superiores, aunque el desembarco sea en la costa de “Normandía”

(Desembarco en la costa de Francia del ejercito aliado el 6 de junio de 1944, segunda guerra mundial)

Otra parte de la guerra, si bien es en algún aspecto virtual, se lleva a cabo en una base militar, en un salón, donde las principales autoridades buscaran elaborar el mejor plan de ataque.

Como una buena analogía, la vida cristiana tiene aspectos semejantes en lo espiritual.

Un buen soldado es preparado en el uso correcto de sus armas, adiestrado en el ataque y la defensa para enfrentar al enemigo. La iglesia, es el lugar en donde te sientas, escuchas y pones en acción lo que aprendes por medio de la Palabra y así no dar lugar al pecado en tu vida interior. No hay manera de ir al campo de batalla si antes no eres quien derrota a tu enemigo íntimo. Cuando nuestra vida espiritual es confrontada con la verdad de la Palabra de Dios es allí donde se lleva a cabo la primera batalla.

Nuestra historia nos lleva a 1 Samuel 17: 57-58

“Y cuando David volvía de matar al filisteo, Abner lo tomó y lo llevo delante de Saul, teniendo David la cabeza del filisteo en su mano.

Y le dijo Saul: Muchacho, ¿de quién eres hijo? Y David respondió: Y soy hijo de tu siervo Isai de Belén”

Un adolescente David va a tener un día diferente, lejos de sus límites. Obedeciendo a su padre que le pide que vaya a ver a sus hermanos que son parte del ejército de Israel y hace tiempo no sabe nada de ellos.

¿No es tal vez que esta mañana estas aquí en el templo, en la iglesia, porque obedeciste a la voz de tu Padre? Vienes a tu entrenamiento, donde tu peor enemigo va a quedar al descubierto, ese amenazante enemigo que vive desafiando tu valor y tu investidura, la autoridad que por ser un soldado de la fe, llevas desde el momento en que fuiste avisado de una guerra espiritual que no es contra carne ni sangre.

Ahora bien, el ejército de Israel era desafiado cada día en el frente de combate y un solo pensamiento dominaba cualquier acción, el temor, y esto hacia que se esperara un final inminente, una derrota anunciada solo era cuestión de horas. Hasta allí llega David y puede ver como Goliat, el paladín de los filisteos desafiaba e infundía temor a los varones de Israel y todos huían de su presencia.

La realidad esta mañana es que estamos en una guerra espiritual, y el evangelio debe ser llevado fuera del templo, allí afuera esta nuestra guerra, donde el enemigo tiene territorios tomados, gobiernos espirituales de maldad que tienen a la gente sometida a la ceguera de la ignorancia, atados a cadenas de pecado. Para esto se necesitan soldados valientes, que no carguen conflictos en su vida privada. Presten atención, tomen en cuenta este detalle, veamos quienes están  jugando un papel predominante en este momento de la historia bíblica.

La secuencia nos lleva nuevamente al caluroso medio día en el valle de Ela, David está observando como el enemigo se jacta de su poderosa arma, un extraordinario gigante que se mofa de un débil oponente que sigue huyendo como cada mañana. Un rostro conocido aparece en escena, un  hermano del pastorcito de ovejas lo reconoce y lejos de alegrarse por ver a su familia “se enciende en ira”, ¿Qué?... ¿por qué?...y luego la artillería de municiones gruesas directas a su persona ¿Para qué viniste acá? ¿Cómo fuiste capaz de dejar todo abandonado en el desierto? ¡Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón!

¡Wau! Esto me huele a un pase de factura, parecía algo olvidado, pero es evidente Eliab no había superado el ser descartado por el profeta Samuel cuando desfilaba con sus siete hermanos y eran descartados uno por uno y finalmente David era ungido para ser el próximo rey de Israel. David mucho problema no se hizo…

“Esto es solo un mero hablar” “Lo que me dicen es una tontería”, “bla, bla, bla.” (1 Samuel 17:29)

Cuando oímos la palabra de Dios, nuestra mente, como un rostro conocido nos recibe en este lugar:

“¿Qué haces en este lugar? ¿Cómo fuiste capaz de dejar tu descanso dominical, teniendo otras opciones más divertidas y más importantes? Te gusta ser el centro de todos, ¿verdad? Que todos  estén pendientes de tu vida ¿de eso se trata?... Además, ¿a quien queremos engañar, con esa carita de piedad, después de una semana de hacer lo que se te antoja y dar rienda suelta a tus instintos más secretos, vienes y te sientas como si nada hubiese pasado?...¡Hola! ¿Estas ahí?”

Pero tranquilo…no es ahí donde nos detenemos a perder el verdadero objetivo. Hay un gigante que enfrentar, hay algo mucho más peligroso que pensamientos en la conciencia que nos acusan para voltear y ver cuál es la puerta más cercana para salir huyendo. Goliat esta allí, para intimidarte para decirte que estas vencido. Goliat tiene el rostro del pasado en tu vida, en mi vida, en la vida de él, de ella y que viene cada vez en busca de nuestra relación con Dios. Goliat nos recuerda un tiempo de fracasos, de traiciones, de subestimación. Es quien nos señala acusándonos de nuestra incapacidad de lucha, que somos soldados atemorizados, que tocamos el cielo con las manos el domingo y el lunes nuevamente nos rendimos a las pruebas. Es hora de acabar esta batalla, es el tiempo que Dios a determinado que en tu regreso a casa, lleves un botín de guerra ¡Hoy no te puedes ir con las manos vacías!

¿Cuántas veces tu mente subestimo tu capacidad en algo? ¿Calificándote como alguien que da por sentado una derrota nueva en su vida? Una mente ganadora es una mente confiada en un poder extraordinario, por certeza, por convicción y solo aquellos que sienten esto como una realidad son los que se adelantan proféticamente a una victoria revelada. David enfrento al gigante confiado en su entrenamiento privado, en la soledad del desierto, defendiendo sus ovejas del león y del oso. Goliat fue derribado por una piedra donde el poder de Dios estaba encerrado, pero la habilidad, la puntería, y la estrategia de adelantarse al enemigo es merito del muchacho que tuvieron en poco, el chico rubio de buen parecer. Fue un trabajo de equipo, David hizo su parte, Dios bendijo la otra parte. David rompió sus límites, salió de su lugar para involucrarse en la estrategia de su Dios, Jehová de los ejércitos.

Pero Israel había perdido esta realidad, estaban cegados por el temor, insensibles a la presencia de quien pelearía por ellos.

“Esto pues, digo y requiero en el Señor; que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda insensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza”   (Efesios 4: 17-19)

La guerra está afuera de estas paredes, donde la injusticia, la necesidad de gente que ha perdido el sentido de vivir, que vagan sin esperanza; esperan el desembarco de los valientes, que han vencido sus propios miedos y saben lo que significa estar bajo bandera.

La guerra nos espera cada día, vestidos de soldados que militan en la fe, adiestrados, entrenados por la palabra de Dios. Hoy la batalla nos pone al frente de nuestro mundo interior, enfrentando nuestro propio gigante. David volvió con la cabeza de Goliat en su mano, ¿más pruebas de su victoria anunciada?… ¡imposible!

¿Por qué no vuelves esta mañana a casa con el fruto de tu batalla ganada, ahora, tu victoria pública está en ciernes, nadie puede negar que fuiste capaz de vencer un gigante. Por tu entrenamiento privado, rodillas dobladas, conocimiento de la palabra, comunión con Dios. Nos toca hacer una parte, Dios bendecirá la otra parte.

Cuando pregunten ¿con que autoridad estas reprendiendo un espíritu de enfermedad? O quieran saber sobre tu identidad cuando te digan… ¿Quién eres para darme una palabra de esperanza en medio de mi dolor? Entonces podrás decir confiado:

“Yo… soy un hijo de Dios”


Fragmento del mensaje dado por el pastor David Fernández en la iglesia Bautista El Buen Pastor en la ciudad de La Plata- Buenos Aires- Argentina

domingo, 5 de mayo de 2024

Ves esta mujer

 

¿VES ESTA MUJER?

“No es usual en mí, invitar a ningún personaje que pueda ser importante para otros. No soy de los que se dejan seducir fácilmente por alguna personalidad que se ha puesto de moda. Pero el es diferente, es una mezcla del susurro y la bruma de la mañana, es el trueno distante en mi propio pecho, es estar atrapado en el mismísimo centro de un tornado y desear no abrir los ojos. Tan convencido de esto que una paradoja de mi invención  me ha cegado de asentir que es profeta, aunque no parezca, creo que lo es, por lo menos para unos muchos. Es que hábilmente me llevo a enredarme en mis principios, el de admitir que quien más ama, es alguien a quien le fue perdonado mucho. Porque ahora que ya se ha marchado, ha quedado en el aire su presencia, tan avasallante que no pude reaccionar cuando me arengo con ternura que sobrepasa  mi entendimiento, con palabras profundas que jamás alguien me ha hablado. Tan solo para decirme: 

“Simón…─dándome la espalda ─ “¿Ves esta mujer?, ella me ha tratado diferente a todos ustedes, ella tuvo cuidado de mi persona, soy tan importante para su vida que ha mojado mis pies con sus lagrimas. Ha besado mis pies y ha ungido mis pies con un bello perfume. Porque me ama mucho, y alguien que ama así como ella debe ser perdonada”.

Luego él se fue, su presencia aún perdura en el aire viciado de mi mismo y de todos aquellos que rodeaban la mesa. Porque soy fariseo y no puedo amar tanto así porque si. Porque no puedo compararme con ella porque es pecadora y yo no puedo permitir que una simple cena altere el orden de mi vida. Seguramente este Maestro solo quiso ser cortes con alguien, Jesús ha entrado a mi  casa, solo para mostrarme que nada de lo que hice era lo que él esperaba.

“¿Ves esta mujer?...yo la perdono por su fe” Fue lo que dijo y se marcho al anochecer con algunos de sus seguidores. ¿Ella?...ella también se fue; en paz.”


Deje de leer el pasaje en Lucas capitulo 7 versículo 36 y cerré la biblia, el pastor ya estaba terminando de predicar, los músicos estaban tomando sus instrumentos para acompañar el final del sermón.  Todos estaban de pie para cantar un coro de alabanza, y yo, había imaginado una pequeña secuencia cinematográfica de este relato. Mire a un lado, un tanto más atrás y note que había una mujer que permanecía sentada cabizbaja y sollozando. Sus manos estrujaban un pequeño pañuelo, pero sus lágrimas caían sobre las hojas de su biblia que aun estaba abierta y me conmovió.  Puedo pensar que tiene deudas económicas como cualquier persona, problemas familiares y recuerdos que lastiman. Tal vez su autoestima esta lastimada y siente que no la comprenden en su silencio, pero su rostro dice otra cosa, No era rostro de dolor, en verdad lo digo y con certeza, lloraba por amor. Amor a quien murió por ella, a quien borró su pasado y le ha dado una nueva vida, una oportunidad de encontrar un lugar donde la fe, sea el perfume que es derramado en la casa de Dios. Un lugar donde su presencia la abraza y ella puede ser feliz.  No pude evitar que el susurro de unas palabras me traspasara el corazón.

“Ves esta mujer…”


Autor: David Fernández


Día púrpura          (Mensajes inolvidables)                                                Si es necesario, te pido perdón, pero no es mi i...