HORIZONTE PROFUNDO
Mensajes inolvidables
A
principios de la década del 90, la especialidad en mi oficio me llevo a un lugar inesperado, una
plataforma off-shore en el Mar Argentino en Tierra del Fuego. Allí pude
realizar algunas tareas de reparación en la planta. Una cierta aventura
cinematográfica en mis jóvenes años de actividad laboral, así lo vivía en una
parte de mi imaginación y quizás haya sido un atenuante a la distancia, soledad
y riesgo que cualquiera que está allí, no puede evitar asumirla como una
obligada experiencia personal.
Aquel
lugar, está bien organizado en su control, por sistema automatizados y
controladores de proceso, por gente responsable, operarios y supervisores que
han sido capacitados en el sistema no solo de producción en la extracción de
materia prima, sino también en cualquier tipo de emergencia y evacuación a raíz
de un desastre natural, por un desperfecto en algún equipo de funcionamiento de
la planta y así también, en el incomprensible e inesperado error humano. Pero
sucede, sucedió en Deepwater Horizont (Horizonte Profundo) una plataforma de
extracción de petróleo en el Golfo de México, un recurso compartido por Estados
Unidos y México. Ahora bien, que sucedió aquí, una explosión en la plataforma
causo uno de los mayores desastres de derramamiento de petróleo de la historia
y donde murieron 11 personas. En conclusión, el informe final de investigación
resume entre otros puntos que:
“La
reacción de la cuadrilla de la plataforma Deepwater Horizont fue tardía, ya que
demoró cuarenta minutos en detectar y actuar ante la entrada de hidrocarburos
al pozo, de modo tal que cuando el personal se dispuso a efectuar las maniobras
pertinentes, el gas y el petróleo ya estaban dentro del riser fluyendo
rápidamente hacia la superficie”.
Las alarmas encendidas en un
panel no es para avisar que algo va a funcionar
mal, cuando se enciende una alarma, el mal funcionamiento ya está
instalado.
Siempre a raíz de esto me
pregunto, acaso fue ¿un acto imprudente?
¿Por ignorancia? ¿No fueron capacitados para esto? O…algo ¿deliberado?
En la
vida nuestro conocimiento de un determinado tema nos convierte en individuos
inteligentes, cualquier actitud equivocada, puede dejarnos en una situación
complicada en la cual fuimos entrenados progresivamente desde niños para
situaciones especiales, luego fue instinto, intuición, experiencia. En
definitiva, una reacción incorrecta o fuera de tiempo puede causar un desastre
que no solo nos afecta en primera persona sino también a quienes nos rodean.
Pensemos en editar un Trailer de nuestra vida, todos tenemos secuencias,
escenas, circunstancias de momentos críticos en el que nuestra actitud definió
la continuidad de los hechos. Riesgos, potenciales accidentes, actos, palabras
correctas o no, dominio de nuestros actos cuando somos provocados, etc., etc.
Un médico que le dice a mi madre que me quedan algunas horas de vida nada más,
un revolver en mi frente y un segundo para reaccionar. Cayendo al vacío desde
40 metros y mi mano que atrapa un hierro donde quedo suspendido y me salvo. Corriendo
al último vagón del tren y decidiendo si saltar o no…etc. etc. En fin, un trailer
que podría seguir editando imágenes. Porque todos vivimos una película y si hay
que publicarla, primero hay que buscar las mejores imágenes, las que están
llenas de adrenalina. Todos tenemos momento en los cuales nuestra inteligencia
natural nos pone a prueba.
La Palabra de Dios dice en
Colosense 1:9:
“Por
lo cual también nosotros, desde el día que oímos, no cesamos de orar por
vosotros, y de pedir que sean llenos del conocimiento de su voluntad en toda
sabiduría e inteligencia espiritual…”
Desde
que empezamos a caminar en la fe, hubo quienes nos enseñaron a estudiar la
Palabra de Dios. Aun así, hay ocasiones en que perdemos este conocimiento
adquirido desde el momento en que nuestra actitud no está en relación a lo
aprendido, en lo que fuimos capacitados, cuando la verdad nos fue revelada,
enseñada para hacer lo correcto en la voluntad de Dios
El
entendimiento de la Palabra nos da sabiduría, el Espíritu nos da discernimiento
y empatía para que vivamos una vida agradable ante los ojos de Dios. (S, Mateo
7:19)
El Entendimiento es la facultad de la mente
que permite aprender, razonar, tomar decisiones y la capacidad de pensar.
La Sabiduría es un conjunto
de conocimientos que se adquieren mediante el estudio o la experiencia.
El
Discernimiento (por el Espíritu Santo) es el juicio por cuyo medio percibimos
la diferencia entre el bien y el mal siempre en los principios bíblicos.
Porque,
constantemente estamos operando en el mundo real y espiritual en relación a
nuestro conocimiento y capacitación en la Palabra de Dios. Nuestros actos están
supervisados de esta manera para que nada concerniente a nuestra integridad se
vuelva un ámbito en peligro.
Solo
pensar que algún antecedente en la historia bíblica expone aun más claramente
estas situaciones me da curiosidad, veamos…
“El siguiente día, vio Juan a Jesús que
venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo”…”Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, aquel me
dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y permanece sobre él, ese es el
que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que este
es el Hijo de Dios”
San
Juan 1: 29- 33 y 34
A ver,
Dios le dio un discernimiento, un conocimiento de un evento sobrenatural, una
inteligencia espiritual por el cual sobresale en el relato como un hombre lleno
de sabiduría. Esto es finalmente lo que hace la obra de Dios en nosotros, nos
capacita en todo conocimiento de su voluntad con la Biblia como instrumento de
educación. Pero, ¿por qué sucede?, de manera increíble hacemos algo incorrecto,
Juan el Bautista, fue capacitado para ser “la voz que clama en el desierto”
enseñado para dar a conocer a aquel a quien anunciaba a la gente, pero, ¿qué le
sucedió?
“…Y
llamo Juan a dos de sus discípulos y los
envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tu el que había de venir o esperaremos a
otro?” (San Lucas 7: 18.19)
El
desconcierto es tan solo como referencia, nuestras actitudes no están en
armonía con la Palabra de Dios y por ende con la voluntad de Dios o sea pecamos
contra El.
Vuelvo
a preguntarme… es por… ¿un acto imprudente? ¿Por ignorancia? ¿No fuimos capacitados
para esto? O…es algo ¿deliberado?
Dice el libro de Hebreos
10:26 “Porque si pecaremos
voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no
queda más sacrificio por el pecado”
Caramba,
estoy pensando en las palabras de Simón Pedro cuando Jesús preguntaba sobre quien era él para
ellos: “Tú eres el Cristo el Hijo del Dios viviente” y más adelante en los
momentos en que el maestro es arrestado, su conducta es incomprensible:
“No
conozco (a Jesús) al hombre”…”Y el comenzó a maldecir, no conozco (a Jesús) al
hombre”.
S.
Mateo 26: 69-74)
Solo
hay que imaginarnos en ese acto fallido donde peligra nuestra integridad
espiritual. La mirada sensual que comienza a gestar una infidelidad, el rencor
que no ha sido olvidado va camino a amargar la vida como una raíz que cada día
se aferra más y más. El negocio con trampa que reditúa a corto plazo, La ofensa
no perdonada.
Todo
comienza con el destello de una alarma que nos avisa que hay algo que ya está
mal, que lo que estamos haciendo no esta en la voluntad de Dios, que hay que
tomar medidas urgentes para restaurar el correcto funcionamiento de nuestra
vida espiritual. Entender a través del conocimiento adquirido una determinada
situación, discernir en nuestra capacitación cual es lo bueno que debe suceder
para que lo malo no destruya ningún área de nuestra vida que funciona sin
ningún control. La Palabra nos dio sabiduría divina para evitar cualquier
catástrofe o tragedia espiritual. Tantos ministerios que se han perdido, tantas
iglesias que se han cerrado, tantas congregaciones que se han dividido, por una
acción incorrecta, por ignorar lo que significa “temor a Dios” Cuantas vidas se
alejaron de la fe por una reacción tardía de los lideres y pastores que debían
apacentar y pastorear el rebaño. Inteligencia espiritual que nos lleva a
discernir a través del conocimiento, para andar como es digno del Señor,
agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, creciendo en el
conocimiento de Dios.
Fragmento
del mensaje dado por el pastor David Fernández en la iglesia El Buen Pastor- 17-07-22 en la ciudad de La Plata - Buenos Aires- Argentina