jueves, 23 de mayo de 2024

 

JARDINES DE BABILONIA



El lado oscuro de las apariencias

Mensajes inolvidables

“…De algo estamos seguros, en que si alguien quiere sobresalir entre muchos debe hacer algo diferente. De esta manera tal vez la obra de alguno perdure en el tiempo como aquello que dejo un estilo, una marca, un mensaje, una obra de su invención o la de muchos que al fin y al cabo establecieron el nacimiento de una nación o un imperio que ya sea con poder de conquista, o a través de su cultura, quedaron como referentes en la historia de la humanidad.

Así también cada individuo en menor o mayor grado transmite en su apariencia, a que clase social pertenece. Ya sea en su manera de hablar, de vestir, en sus modales, se puede interpretar el grado de educación que tiene. Ahora  bien, llegamos a la conclusión de que muchas cosas entran por los ojos ¿verdad?  Convengamos entonces que hay personas que por naturaleza nacen con un perfil humilde y bondadoso y así también están los que detrás de lo que a simple vista parecen una cosa, pero terminan siendo otra. Cada día, yo, el, ella luchamos con determinados conflictos personales, pero eso nadie lo sabe hasta que lo confesamos, hasta que buscamos revertir esto pidiendo ayuda. También están los que cargados con todo este bagaje, presumen de un estilo de vida ostentoso, sin mostrarse débiles o inseguros. Aunque la fuente de su poder económico tenga ribetes de dudosa procedencia. Bueno…eso no lo podríamos asegurar, sin tener pruebas por supuesto. Es que las apariencias engañan, entendemos esto ¿verdad? entonces indefectiblemente caemos en el juego, glorificamos al  delincuente, señalamos y acusamos al inocente, a lo bueno llamamos malo y a lo malo llamamos bueno. La gloria del mundo que vemos, es una farsa, una imponente mentira, a nadie le interesa lo que sucede detrás de escena, a precio de que y de quienes se consuman objetivos que como producto terminado perduran en el tiempo.  Hemos sido atrapados por una cultura moderna y globalizada que dejara una huella para la posteridad, la obra maestra del hombre que esclaviza las mentes con el fin de consumar su gloria.

Naciones poderosas que en el pasado subyugaron a los débiles con el fin de exaltar su cultura y dejar un legado histórico a costa de la esclavitud. Poder, cultura y sabiduría de aquellos que supieron sustentar sus logros en el lado oscuro de sus hazañas sangrientas como un símbolo. Quitaron la paz, esclavizaron generaciones, castigaron, mataron, saquearon. Pero la historia los recuerda por sus obras, llamadas “Maravillas del mundo”…bienvenidos al reino de las apariencias…

Nuestra lectura bíblica nos lleva a leer Salmos 137:1-4

“Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos y aun llorábamos, Acordándonos de Sion.                      Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas Y los que nos habían llevado cautivos                  Nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolados Nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos algunos de los cánticos de Sion ¿Cómo cantaremos cánticos de Jehová en tierra de extraños?...”

Nadie esclaviza a alguien si no es con el fin de explotar su capacidad y conseguir un objetivo personal. Estos casos permanecen por generaciones. Babilonia conquistaba en dos etapas a Jerusalén y a Judea. La intención en primera instancia era controlar a quienes tenían la capacidad de organizar y dirigir una nación, en el orden político y religioso. O sea, cualquier sedición estaba controlada. Luego en la segunda etapa de exilio en cautiverio del pueblo de Dios, llevar a  quienes estaban destinados a  todo tipo de obra en la construcción de la nación más imponente de ese tiempo. Ahora lejos de la amada tierra; el destierro comienza a hacer su trabajo. Había cesado la alegría, la alabanza espontanea de un pueblo que en su mejor momento descuido esta relación con Dios. Nos sucede créame, no damos el valor a ciertas cosas hasta que las perdemos. Solo queda el recuerdo que nos inmoviliza y la pasividad ya no puede generar cambios. Esto lastima el alma de cualquiera y las lágrimas son la evidencia de que nada se puede hacer para revertir la situación.

El fin justificaba los medios, Babilonia seria recordada por la belleza de sus jardines, obra que Nabucodonosor II, construiría para los deleites de los sentidos de su esposa Amytis, ya que ella extrañaba la vegetación de la tierra de donde venia y aquí en el desierto el verde escaseaba.

¿Somos los que Dios quiere que seamos? ¿O somos solo una apariencia? Ser o parecer.

La imagen que demanda el mundo actual está en relación a un objetivo netamente terrenal.

Tener una casa grande y hermosa, un buen automóvil, buena ropa de marca, frecuentar lugares caros y divertirnos. Tener el último teléfono móvil de mercado, una buena cuenta bancaria, que lo que vean sea el producto consumado de mi ego, el lado oscuro de las apariencias, de esos se trata, aunque haya un precio que pagar.

Alguien ya no canta para Dios, hablamos del ser espiritual, del hombre y la mujer de Dios que siente que  el fuego de la adoración  se fue apagando hasta helar el alma. Estar en tierra de extraños, en donde la ironía predomina, la burla sangrienta de quienes bajo ninguna posibilidad gustan de oír música y canciones religiosas. Entonces es sencillo suponer que hay una actitud que debe estar afectada por una circunstancia negativa, aunque no lo digan... "Teniendo en cuenta que estas pasando mal ¿Por qué no desatas tu alegría? ¿El gozo de tu salvación? ¿No es esto lo que identifica a los evangélicos?"...ni ganas de mover un dedo, el cansancio físico nos gana, la mente está preocupada por cosas que todavía no sucedieron, anhelando con un sentir de frustración, lo que no tenemos, ignorando y minimizando lo poco o lo mucho que ya conseguimos, lo que Dios nos dio en su voluntad.

Los jardines de Babilonia no dejan ver los sauces, porque no hay belleza en ellos, los sauces están en un lugar de lamento y tristeza. Los instrumentos de alabanzas del cristiano están colgados en sus ramas, al no congregarse no oración, no adoración, no lectura de la Palabra de Dios, a decir verdad, a muchos no les importa el precio que deben pagar por alcanzar un objetivo, importa la apariencia pública de aquello por lo que será admirado.

Rio de Janeiro, (Brasil) no presume de las favelas, de la marginalidad y pobreza anestesiada en fiestas populares detrás del Pan de Azúcar y el Cristo Redentor, importa el turismo, Buenos Aires (Argentina) no organiza tours de visitas a las villas de emergencia que se levantan a metros de Puerto Madero, considerado el barrio más caro del país y de América Latina. El Bronx, (New York) es la contracara de la ciudad más popular de América del norte, por años dominada por la violencia y el crimen organizado. Pero eso no importa, su popularidad turística no mostrara el submundo marginal de pobreza y drogadicción. La apariencia de ciudades como símbolos modernos subyuga una muchedumbre, sometida a la impotencia de recuperar  la esperanza y la felicidad, ¿Cómo puede una sociedad sin recursos ni asistencia gubernamental, manifestar que la verdadera alegría pérdida les fue saqueada y sea oída?, o ¿creer que al mundo político le agrada escucharles hablar de sus necesidades siendo ellos sus mismos opresores?

El alma gime y clama por la presencia de Dios, la sed de Dios es un estado desesperante, el salmista en Salmos 42 habla de cómo es el deseo de estar delante de Dios, y siempre hay quien aprovecha esta situación para escarnecer sobre una aparente orfandad paternal “¿Dónde está tu Dios?

Me acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mí, de cómo yo fui con la multitud y la conduje hasta la casa de Dios. Entre voces de alegría y alabanza del pueblo en fiesta. “

La opresión del enemigo es un estado de luto en el hijo de Dios. El alma vive un estado  abatimiento.

Es el bramido del ciervo, por las aguas, es el cantico silenciado junto a los ríos de Babilonia.

Somos el pueblo de Dios que fue llevado poco a poco a descuidar la tierra amada, la tibia relación con nuestro Padre es un hecho, sabemos identificar bien en donde hemos dejado nuestros instrumentos de alabanzas. Los sauces fuertes en el vaivén de sus ramas nos hablan de tiempo invertido de esclavitud laboral por voluntad propia, de la vitalidad de nuestros mejores años, rendida a fines personales con el fin de parecer una persona admirada por sus logros. Tu descendencia te recordara por la obra de tus manos, estarás en la historia familiar por lo que hiciste en vida. Pero créeme, las apariencias conllevan un precio que pagar, y las arpas colgadas hablan mucho de esto.                                                                                                                                                                                             

Las Gran Pirámide de Guiza, Jardines colgantes de Babilonia , Estatua de Zeus, El Templo de Artemisa, El Mausoleo de Alicamaso, El Coloso de Rodas, El Faro de Alejandria….maravillas de obras para la gloria del hombre.

Jesús nos habla directamente al corazón, sobre una impronta que vale la pena descubrir de manera temprana:

“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (San Mateo 5:16)

¡No volverás a ser llevado a tierras de extraños!, ¡nos declaramos libres en Cristo porque tenemos el Espíritu en nuestras vidas!, ¡porque donde está el Espíritu de Dios!, ¡allí hay libertad!¡Dale la gloria al Señor!¡Gloria a Dios!...

 

Fragmento del mensaje dado por el Pastor David Fernández en la iglesia Bautista EL Buen Pastor

Ciudad de La Plata- Buenos Aires- Argentina

 

 

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