La violencia duerme en casa
¿Cómo se puede explicar con palabras
la extraña manifestación de un cierto “amor” que somete al punto de humillar a
otra persona hasta hacerla sentir poco menos que un animal, incluso llevarla a la muerte? Un represor que duerme
en la misma cama que su victima, el torturador que acaricia en publico y en la
intimidad hiere buscando descargar su ego y su frustración personal.
El silencio como intermediario y
cómplice lleva cada historia desde el mismo seno familiar de un preludio de
sonrisas y festejos, hasta el mismo umbral del imperio de la muerte
Quiero fundamentar mi elección del
tema, desde la óptica que mantiene valores y principios cristianos y bíblicos de personas honestas, que conviven respetándose y dan continuidad a sus vidas, preservando la
integridad de la célula madre de la sociedad, la familia.
Se busca explicar constantemente
la violencia de la gente y sus motivaciones con reclamos aireados de protesta,
hacia un gobierno de turno. Pero, ¿Cómo entender
de donde nace aquello que inflige violencia física a quien se ama?, ¿Qué
argumentos llevan a un sujeto a descargar su machismo, despotismo cobarde sobre
una persona en inferioridad física?
Una imagen que se manifiesta con
astucia en apariencia de piedad, pero que va atrofiando cada día la dignidad del
amor de quien acepta convivir en hipocresía bajo el mismo techo en estas
condiciones.
Hay una guerra fría despareja, que
habita en el silencio, se manifiesta en la vergüenza y el abandono de persona,
esta cerca mas cerca de lo que pensamos, tal vez tus amigos lo saben y
callan, tal vez los niños saben y viven con miedo. Hay alguien que esta enfermo y se esconde detrás de una sonrisa y un abrazo, la paradoja dice que es un buen padre de familia.
Tal vez ellas sueñan... que todo será
distinto mañana… si pueden vivir un día más sin que la violencia y la muerte
las alcance para secar sus lagrimas.
autor:David Fernandez
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