miércoles, 3 de septiembre de 2025

LOS MUROS DE AMSTERDAM





Amsterdam - Países bajos – 2024                                                                            

       Han pasado algo más de 25 años desde que partimos de Marruecos y mi vida siguió un camino sin muchas más novedades que algunas metas y objetivos cumplidos como llegar a ser un profesor de filosofía en la Universidad de Amsterdam. Con un programa de vida curricular interesante que hoy, a decir verdad y yo le echo la culpa a la rutina; esta aburriéndome bastante. Pero no quiero justificarme con esto, sinceramente mi vida necesita la inyección de unas buenas vacaciones ¡y ya!                                                           Cuando llega la noche Manfred no cierra los ojos, y es porque no quiere dormir, no quiere apagar la luz, el desea que no llegue la noche y la oscuridad termine por llevarlo arrastrando a un lugar a donde no quiere volver. Cuando Manfred cierra los ojos recuerda a Gemmeker. Desde un tiempo atrás viene haciéndolo y nadie lo había notado. Hoy lo digo con certeza, porque lo conozco tal vez mucho más que mi padre, el esta así desde que llegamos a Holanda. Quizás por eso es que acostumbra a dormirse tarde y entonces la noche se le hace más corta. Hay algo que le sucede y de lo que no quiere hablar o nadie nunca se atrevió a preguntarle, ni siquiera yo. Hay etapas en la que me sorprende su lucidez mental en sus 90 años y así también me preocupa ciertas actitudes que toma, porque ha estado extraño últimamente, al punto tal de guardar su mascota muerta debajo de la cama. Una pequeña ardilla envuelta en unos andrajos le devuelve llamativamente un vestigio de aquella etapa sombría en su vida que nadie conoce; que no quiere perder, pero al fin y al cabo le pertenece como un estigma; aunque olía muy feo ya (la ardilla) y entonces hubo que encontrarla. Nos había dicho, a cada uno individualmente, como un secreto compartido que al fin el pequeño roedor había encontrado la libertad y creímos que se refería a que había escapado al bosque, “Solo la abrigue un poco cuando se fue, porque hacia frío”, pero sus palabras debían ser interpretadas de otra manera.  A partir de entonces era inusual  verlo caminar por el exterior de la casa sin Milo en su hombro y sacando migajas de su bolsillo para alimentarla. En lo concerniente a su vida personal, siempre se supo que era huérfano y según dijo alguna vez, que tenía una media hermana por parte de padre, que él nunca llegó a conocer. Su historia es algo así…su madre, cuando era joven había quedado embarazada de un sujeto bien parecido de quien estaba perdidamente enamorada, un forastero que no perdía tiempo en seducir a cuanta jovencita se cruzara en su camino y que aunque trabajaba en las minas de carbón; siempre cuidaba su figura. Bien vestido, bien afeitado y oliendo a rico perfume. Aunque en esta apariencia se escondía una personalidad diferente, una persona oscura y con el ego hasta las nubes, violento, dirían algunos de sus compañeros y esto tal vez debía ser porque envidiaban el éxito que tenía con las mujeres. Con el tiempo se llego a saber que el sujeto tenía esposa y también una hija de tres años en el lugar de donde venia. Finalmente había jugado con los sentimientos de una muchacha pueblerina y de otras más para luego abandonarla a su suerte cuando estaba a punto de dar a luz, por supuesto, no sin antes propinarle una feroz golpiza, lo que finalmente termino de confirmar la clase de sujeto que era. Lamentablemente y debido a esto se acelero el parto y la madre de Manfred falleció al dar a luz. Del tipo nunca se supo mas nada. Su abuela materna se llamaba Carmen, una anciana de 85  años que tuvo que hacerse cargo del recién nacido. La vida siguió su curso y una pequeña y muy modesta cabaña en el Valle de Jiu, en el condado de Hunedoara en Rumanía seria el lugar donde Manfred aprendería a mirar la vida desde la supervivencia diaria, sumando a esto una abuela imperativa, mezquina que hace de madre y padre y que seguramente debe tener alguna virtud, pero que nadie conoce. En cambio, sus grandes defectos eran de conocimiento público aunque vivió creyendo que nadie se daba cuenta. Vaya uno a saber el verdadero origen de esa su manera tan particular de ser. Las montañas y el valle de Jiu en el año 1935, son el paisaje del suroeste de Rumanía en donde las minas de carbón dan vida a los inicios de una comunidad que va creciendo, pero contrastan con el imaginario griterío de los pescadores en la costa del Mar Mediterráneo, allí se planta el endeble pensamiento del niño Manfred, entre los apetecibles cardúmenes del puerto de Cartagena en España. Eso al menos decía el relato escuchado en el pueblo, palabrería de unos ocasionales comerciantes ambulantes y grabado en su memoria hace una semana. Cierra sus ojos, descansa los codos en la envejecida mesa de su casa. Allí es donde pasa parte del día solo, ahora coloca un vaso en su oreja y piensa en lo que descubrió por aquellos vendedores “¿puedes oírlo pequeño? ¡Es el mar! Y está a un tiro de piedra ¿puedes creerlo?…y se pregunta a si mismo ¿Cómo es posible recrear el mar que no se conoce, sentir las olas y la húmeda brisa marina las veces que uno quiere, y no así la algarabía del niño que juega en su mente? La ilusión le dura poco, la anciana se acerca hasta el pequeño y lo mira como quien encuentra un bastardo bajo la lluvia, no le dice nada pero su frente arrugada hacia el centro y la mirada con desprecio hablan por ella. Los atardeceres la inspiran a una mutación antinatural, sintiéndose un osario semidiós pagano de ropas ahumadas de leña verde; que extiende su mano misericordiosamente para saciar al hambriento con un trozo de pan endurecido. Su futuro es el presente que no imaginó de su vejez.  Es que su única hija murió y le dejo un niño sin padre que ahora debe criar, luego de considerar todo esto cien veces al día, abre el pequeño cajón donde va a guardar la otra mitad del trozo de pan duro enmohecido y le pone un candado. La llave la guarda en el mismo lugar de siempre, en un pañuelo arrugado entre sus ropas y cree que este secreto es su salvoconducto delante de Dios y es el porqué; ella aun sigue con vida. Manfred, antes de dormir, se abraza a sí mismo con sus propios brazos porque siente frío y desamparo, porque es niño, porque tiene hambre, porque está solo.

Por las tardes, acostumbraba a sentarse y estar por horas mirando el campamento desde el valle, donde habían levantado un complejo de hermosas casas exclusivas para los “jefes”, como les decían la mayoría a quienes tenían cargos en la compañía minera, la diferencia de vida que ellos tenían en relación a la gente del pueblo era una injusticia. Un lugar para gente importante. Manfred se distrae por horas contando la cantidad de camiones que entran y salen de las minas de carbón, mientras juega acumulando piedrecillas. Al final de las jornadas de trabajo, una marea humana de hombres brotaba del interior de la tierra para volver a sus hogares, rostros ennegrecidos de tizne dejaban ver solo ojos y dentaduras. Cuando todos ya hubiesen salido, el también volvía a su lugar.                                                                                                             Un día todo fue diferente. La oportunidad no la buscó la abuela Carmen, solo se presento y le parece imperdible, poner a su único nieto en manos de una familia de gitanos que van de paso por aquí a otras tierras, era todo lo que necesitaba, el único detalle era que había que cruzar la frontera a pie, por el desierto, de esa manera no lo encontrarían sin documentación. Es el tiempo de hambruna y escases, sobrevivir puede llegar a ser la mejor excusa para recostar la cabeza en la almohada cuando llegue la noche sin cargo de conciencia. Así, en este contexto, es muy probable que Manfred no llegue al próximo invierno.                En aquel entonces, era algo frecuente ver como algunos adultos se arriesgaban a probar suerte buscando sobrevivir a la pobreza. Los rostros adustos y amargados de aquellos que quieren vivir o mejor dicho de quienes se niegan a morir a corto plazo, los identifica por lo mismo, cabizbajos y pensativos, como Manfred, pero él es un niño de ocho años siguiendo la huella de gente que no saben su nombre…”Vaya con ellos mi hijo…hágales caso y no se aleje mucho porque se puede perder…y tome esto, (una hogaza de pan duro envuelto en una tela) guárdelo bien, uno nunca sabe…” Esas pudieron haber sido las palabras más dulces que su abuela jamás le haya dedicado, antes de deshacerse de él por supuesto. El niño Manfred Verhoeven, pasaría dos años de su infancia aprendiendo las costumbres y la lengua Romaní.

Desde ya que su vida estuvo llena de matices propios de un ámbito de escases y pobreza. Pero el hecho de sobrevivir a la segunda guerra mundial, eso sí fue un reprimido grito de victoria. El relato desconocido que la humanidad no puede dejar de oír; algo que fui descubriendo a través del tiempo. El recuerda el momento en que los soldados alemanes llegaron al campamento gitano…” ¿Sabes algo Dominic? la noche anterior a que los nazis nos subieran a los camiones para trasladarnos a otro lugar con otros niños nos arrojamos piedras en la oscuridad. Lo recuerdo bien, lance una pequeña roca que impacto en la cabeza de uno de ellos. Al amanecer encontraron su cuerpo, había muerto por el golpe, nadie supo que fui yo, solo el hombre que me crio desde que salí de Rumanía. El me castigo sin piedad y casi me mata. Entonces llegaron los soldados…desde ese día nunca más volví a verlos…”

¿Todo bien papá ?─ El saludo de la mañana, que no es saludo, esto es algo que ya es parte de la vida cotidiana.

─ Has estado llorando ¿verdad?─ Se acerca hacia donde esta aquel hombre sentado, que  hipnotizado, mira a través de la ventana y la visión de su mirada se reduce a lo que sus arrugados parpados le permiten ver. Debido a esto se tiene que agazapar un poco en su postura tan solo para mirarlo de frente y secarle alguna que otra lagrima que aun esta en sus mejillas.                                                                                        

  Conseguiremos otra ardilla pronto ¿de acuerdo?                                                                                      Las pupilas de Manfred no reflejan ardillas, las sombras del pasado recrean un lugar diferente donde hay mucha gente apiñada dentro de los vagones del ferrocarril, uniformes militares, un tren que esta por partir, niños, ancianos, el caos propio de quienes llegaron hasta aquí sin saber a dónde van. Nombres como “Boulevard de la Miseria”, “Callejón del Sufrimiento” y “Calle de la Preocupación” es la geografía que habla de la bienvenida a un lugar que ya de por si anticipan un destino final trágico.


 ─ ¿Qué día es hoy Hubert?                                                                                                                ─Lunes papá… ¿Por qué lo preguntas?                                                                                                      ─ Entonces, mañana es martes ¿verdad?                                                                                                   ─ Si, claro.                                                                                                                                                 ─... Mañana vendrán por mí, estoy en la lista…      

 Hubert, no quiere detenerse en esa charla, sabe que será el comienzo de algo que no es bueno para él, entonces ambos se distraen con el inesperado aleteo de una pequeña ave que se posa en la reja de la ventana. Manfred levanta la frente tratando de entender el ámbito de desconfianza de las aves, que siempre están moviendo sus ojos hacia todos lados para que nada las sorprenda. Volvió a su postura inicial casi por obligación. Parece tan irremediable aceptar que quien haya sufrido un pasado doloroso, transmita esa sensible sensación de no haber sanado nunca, como una hiedra que recubre todo asfixiando.

       ─ ¿Dónde está Dominic?─ Se levanta de la silla sin hacer mucho esfuerzo y se nota un cambio en su actitud ─ En la universidad papá, como siempre dando una cátedra ¿Por qué lo preguntas?─ Últimamente Manfred piensa más de lo habitual antes de responder. Frota sus huesudas manos y esboza una palabra que llena de aire su boca, una consonante que se hace esperar.

      ─Porque… quiero pedirle un pequeño favor… y sé que él no se rehusara.

      ─Dímelo a mí y yo le daré tu recado.

      ─ No…no será necesario, quiero hablar con él, solo dile eso─ Cuando Manfred cierra los ojos, un niño comienza a correr escapando de la guerra.

 

“¡Profesor!... ¡Profesor  Dominic Verhoeven!...  ¡aquí! junto a la escalera, perdón, recuerde que mañana martes comienza la licencia que pidió hace una semana y  ya tenemos quien lo reemplazara en su cátedra, el profesor Harm  Koet, solo llámelo para que el pueda organizarse  ¡gracias y hasta pronto!”                                Una de las secretarias me sorprendió antes de abrir la puerta hacia el estacionamiento. Había olvidado lo de la licencia, pero ¿Koet? ¿Habiendo tantos llamaron a Koet? Es un tipo muy soberbio y creo que nunca llegaré  a digerirlo, además…es licenciado en historia ¿podrá acaso interpretar la filosofía sin contaminar mi cátedra? Ya me parece escuchar que me están llamando antes de tiempo para salvar su buen nombre.   Había pedido unos días a raíz de las complicaciones en la salud de mi abuelo y en mitad de semana ya lo había olvidado. Primero pasare por mi apartamento en la ciudad a recoger algunas cosas. Por cierto me acaba de llegar un mensaje en el teléfono.

¡BIP!:“Dominic, tu abuelo quiere hablar contigo, no sé porque motivo pero acércate a casa cuando puedas”

       Por un momento, el mundo virtual de Internet  nos atrapa en  la mentira más grande que hayamos creído y sin que nadie nos obligue a ello, de acreditar a un agente transmisor, el casi tangible espectro de un rostro conocido.  Por eso será que miro a mi ciudad con un cierto aire de sospecha. Porque ha cambiado desde la médula y  ya no es fiel a sus raíces ¿Por qué no hay temor a lo inesperado en las miradas?… ¿No fue así como nos sometieron en el pasado? ¿Qué día es hoy? ¿Lunes? Las voces susurrantes de aquellos rebeldes a la muerte siguen oyéndose en las solitarias calles de Amsterdam como espíritus errantes y seguramente así  como luce hoy, no la reconocerían. Sobrevivientes a un tiempo en que la guerra desato “el invierno holandés del hambre” una estúpida frase honorifica, pero ¿para que sirvió? Para un antecedente que aporto a la ciencia la Epigenetica, un mal en el ADN que será como un eslabón perpetuo. Fuimos los conejillos de indias. Pero ya hemos perdido  esa humillante dignidad, hoy somos la ciudad del pecado, la del turismo sexual y de las drogas legales, la de vida nocturna y el libertinaje. Solo fuimos capaces de invadir el mar, enfrentarlo y plantar un maldito molino de viento por aquí y otro por allá, eso fue todo y nada más. En la ciudad las abundantes paredes contaminadas con grafiti, leyendas de una tipografía inentendible, arte urbano le dicen, ¿eso es arte? (pienso)…”Así dicen” (diría mi madre)

 ¡Fíjate por donde caminas idiota! ─ Un automóvil salía del estacionamiento y no lo vi. ¡Lo siento! ¡Discúlpame!, caramba, este sujeto casi termina por embestirme y encima me insulta ¿Es así como seguimos escribiendo la otra parte de nuestra  historia? ¿A los tumbos y sin la inmerecida misericordia de quienes murieron por salvarnos que nadie tomó como ejemplo? La guerra es dura aun después de la guerra. No sé porque pienso lo que estoy pensando, hasta me atrevo a diseñar la próxima secuencia que supongo que puede pasar antes de que suceda...esto de cruzar una calle tomando todos los recaudos  y aun así, casi me atropellan, me lo merezco por estar haciendo filosofía en mi tiempo libre. Reflexionando como lo hace mi abuelo, él suele pensar sobre lo relativo de la vida y dialoga consigo mismo. Todo a raíz de un mensaje de texto en mi teléfono. Todos los días hago el mismo circuito para regresar a casa. Voy a estacionarme y  buscaré un lugar de comidas rápidas. Mi abuelo, está un tanto delicado, creo que el ya venía sufriendo alguna enfermedad y nunca la dio a conocer. Un día todo fue diferente y se desplomó como un Goliat. Es un hombre grande en su contextura física y cayó pesadamente. En tiempos de la segunda guerra mundial, el, había sido parte de aquellos niños que estuvieron en Westerbork. Un campo de transito para los deportados judíos, gitanos y miembros de la resistencia a 15 kilómetros de la aldea del mismo nombre en el sector noreste de los Países Bajos, en la provincia holandesa de Drenthe. El último tren que partió de Westerbork hacia el campo de exterminio en Auschwitz, lo hizo el 3 de septiembre de 1944.

 

Fragmento del libro: LOS MUROS DE AMSTERDAM- Autor: David Fernández- Copyright

 


sábado, 9 de agosto de 2025

EL PODER DE LA UNCION

 


El Poder de la unción

              Tal vez no lo hayas dispuesto en tu vida, ni siquiera lo consideraste, que un día llegará eso aun no lo sabes, pero no lo dudes y solo dependerá de ti.            

     Vendrá alguien por la voluntad de Dios, impondrá su mano sobre tu vida y caerás bajo el poder del Espíritu Santo, entonces lo que rechazabas por ser desconocido, porque te parece una promoción de ciertas iglesias; desde ahora puede llegar a ser lo más deseado para ti.

Alguien te ha llevado hasta la puerta de este desconocido ámbito, fuiste guiado amorosamente.

         Entonces el predicador dará un poderoso mensaje y caerás, tocado por alguien que paso a tu lado y puso algo sobre ti. Quizás te encuentres en las gradas de un estadio, allí arriba lejos de un toque físico. La unción te sorprenderá cuando al grito del siervo ¡Reciban de Dios! Se desate sobre todos un derramamiento del Espíritu.

Aun así, considera que si escapas a este tipo de eventos, pero estas en  un hambre desesperado de Dios, seas sorprendido en la soledad de tu habitación.

     Y las posturas heredadas por tradiciones, no podrá evitar un gozo indescriptible, solo depende de una nueva actitud de expectación . No trates de entenderlo por doctrina solamente, ni sentirlo como un hecho nostálgico, de fotos viejas en blanco y negro, de un pasado exclusivo a la graduación de discípulos que pasaban a ser apóstoles.

     Agua en el desierto, agua de la roca y en abundancia, solo siente un toque, un abrazo, una caricia, un viento, un fuego…Un manto de alguien que dice: ¡Hey! Aquí estoy, no me ignores, no soy propiedad de algunos pocos. Siente mi presencia, soy el Consolador que quiere llenar tu vida de agua fresca en abundancia y en una doble porción.

     Si hoy existe una denominación (iglesias) sobre la tierra que se atribuye exclusivamente el poder y la unción del Espíritu Santo, pecaría de presunción doctrinal.

     Si existe una denominación que niega, que tal poder se manifiesta en la iglesia hoy; pecaría de perversión doctrinal.

     Allí están “los Eliseos”, los has visto en multitudinarios eventos, son cada vez más, hombres y mujeres, agitando sus manos, derramando lagrimas; quebrantados, adorando. Nada los hará desistir, saben  que es un tiempo de avivamiento, quieren ser aquel que llegue primero el trono de Dios y El les diga: “Pide lo que quieres que haga por ti”. Ellos saben que le pedirán. Pedirán unción, para proclamar el poder de un Dios de milagros. Porque no se conforman con dejar “los bueyes”, quieren mas, quieren un toque sobrenatural del Espíritu, ellos no están pidiendo algo humano que perece y se corrompe… Ellos se atreven a pedir: …”Una cosa difícil”.

El manto de Elías ya no está, Eliseo ya paso, pero hay una doble porción del Espíritu esperando…

 

 

Tomado del libro "El Beso en la mejilla" autor: David Fernández

 

 

sábado, 2 de agosto de 2025

 


JONAS DE NAZARETH

EL MISTERIOSO Y BENDITO PROCESO DE LA PRUEBA

Encontrar el sentido sobrenatural de un doloroso proceso, puede ser la puerta a una gran bendición, algo que jamás hubiésemos imaginado.

“Dios hará que vuelvas a reír, y a lanzar gritos de alegría…” Job 8: 21…ya lo verás.

El repugnante vómito

Hay imágenes asombrosas e inusuales que involucran a individuos que son parte de una sociedad relativamente programada en el afán y la rutina, hasta que un giro brusco cambia el sentido de un destino y los ponen como protagonistas centrales de una historia increíble, Jonás, es uno de ellos. Para esto con ser descriptivo bastaría. La expulsión violenta y espasmódica desde el vientre de un  gran pez, debió tener una razón. Ahora bien todo lo que podamos imaginar que este pez viene consumiendo hace unos días, conforma el cuadro repugnante de alguien que no desea que lo vean así. Ese es nuestro ego, nadie quisiera pasar tremenda prueba y terminar en cierta manera avergonzado públicamente, (¿acaso no termino Jonás en una solitaria playa cerca de Nínive sin que nadie lo haya visto?, si…es verdad… ¿y cómo fue entonces que te enteraste de lo que le paso?)                                                                 El, no se queja de esto, porque a decir verdad, ya era suficiente consuelo el estar con vida, luego de estar en el vientre del pez tres días y tres noches. Una malograda experiencia le ha dado una leccion....que las promesas a Dios hay que cumplirlas porque hasta  que Dios no escucho lo que quería escuchar, el pez no hizo nada, "...pagare lo que prometí..." (Jonas 2:9)  Aun así, ¿hay algo que se puede hacer con esta imagen tan desagradable,? porque es profecía en estado puro (Mateo 12:40)... y merece otro trato.

La maldita cruz

Cuando Jesús muere en la cruz y estando en vísperas de la fiesta de la Pascua, las autoridades religiosas pidieron que sea quitado su cuerpo del madero, ya que según la Torá (conjunto de los primeros cinco libros de la biblia hebrea, Deuteronomio  21:22-23) un cadáver público, cambiaba cualquier concepto sobre la visión de un paisaje “Maldito el que es colgado en un madero”, la imagen contaminaría algo históricamente tradicional. Algo más importante que la justa ejecución de un malhechor, hacia impura una festividad que hace mención al Éxodo del pueblo de Israel hacia la libertad. El supuesto mesías (para los judíos) es avergonzado, herido y maltratado, despojado de sus vestiduras, expuesto a la deshonra y además por ley…maldito. Por favor, ¿algo hay que se puede hacer con esta imagen? Porque el evento de la crucifixión, es una circunstancia lamentable en su relato, (S. Juan 3:16), además, es profecía en estado puro (Isaías 53) y merece otro trato.

El cuerpo de muerte

Somos por naturaleza un cuerpo de muerte, al romper la relación con Dios a causa del pecado, el hombre queda en muerte espiritual, el alma que peca muere, la muerte eterna es el destino final. Literalmente estamos perdidosmuertos en nuestros delitos y pecados”, lo dice otra vez el apóstol, “¿Quien me librara de este cuerpo de muerte?...es una imagen lamentable en la que se encuentra la humanidad, porque no era el plan inicial, nos corrompimos, el hombre tomo una mala decisión en Edén y así nos fue, vagando por el mundo, lejos de Dios dando un espectáculo horrible que el profeta lo dice sin rodeos “…Desde la planta del pie hasta la cabeza  no hay en el cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga…”(Isaías 1:6)…pero algo debe suceder, este es un destino con sentencia. En algo estamos de acuerdo, no merecemos nada porque no hicimos nada por merecer algo, pero necesitamos una oportunidad.

En la cruz, Jesús rompió la maldición de la ley “a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados" (Romanos 3:25)…la cruz ha cambiado…ya no es lo que era.

Así también, Jesús perfeccionara la obra en nosotros: “transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. (Filipenses 3:21)

Finalmente, Jonás salió por la boca del gran pez (¿Ballena?...es muy probable), el vomito de una ballena se llama Ámbar Gris, y tiene un gran valor económico, 30 kilos de Ámbar es valuado en 1 millón de dólares. Jonás no lo sabía, tampoco sabía que el Salvador del mundo lo usaría como ejemplo de una señal para este tiempo. Jesús fue expulsado del interior de la tierra revestido de la gloria del poder de su resurrección.

“Si Cristo no resucito, vana es nuestra fe” (1Corintios 15:14)

Su obra redentora cambio nuestra vida, cambio una cruz de maldición en bendición, cambio el destino de nuestro cuerpo de muerte, en cuerpos glorificados para vida eterna. Porque la circunstancia de prueba que estas viviendo puede ser una experiencia dolorosa y en el cual parece todo perdido, pero Dios a determinado cambiarlo para bien, amar a Dios no es poca cosa, aquellos que lo hacen pueden esperar que este misterioso proceso de la prueba los involucre en un rescate inminente. Tal vez hoy no lo entiendes, pero llegara el momento en que saldrás expulsado de esa prueba para mostrarte revestido de la bendición de Dios. Jonás, se volvió eterno en el mensaje del evangelio, el nunca lo supo, el validaba históricamente la resurrección de Cristo…Jonás de Nazaret, el carpintero que murió y resucito luego de estar sepultado en el vientre de la tierra, tres días y tres noches.

Espera el tiempo de Dios, el hace nuevas todas las cosas…“Volverás a reír, y a lanzar gritos de alegría…ya lo veras…”

Fragmento del libro: “Antes que llegue el invierno”-Copyright-2025 Autor :David Fernandez

domingo, 8 de junio de 2025

EL ASUNTO ESE...



EL ASUNTO ESE…


“Santiago es un joven empleado en una conocida importadora de repuestos en el centro de la ciudad. La mañana del lunes se había armado de valor, inspirado luego en que la noche anterior había visto una película que cambio su visión de algunas cosas. Decidido a cambiar su estrategia busco el momento oportuno para hablar con su jefe. Hace un tiempo lo había hecho pero la entrevista no había terminado bien, porque siempre se volvía a mover el cuchillo en la vieja herida. Es que Santiago estuvo involucrado en un incidente importante en el que inexplicablemente le falto el respeto al dueño de la fábrica delante de todo el personal; al liderar un reclamo de trabajo en nombre de cincuenta empleados. Apenas salvo su pellejo conservando la fuente laboral. Hoy cree que tal vez luego de un tiempo algo haya cambiado y todo pueda ser distinto. Desde su lugar podía ver y notar que era el día perfecto ya que su jefe parecía de buen humor, sumado a esto que recientemente su hija se había graduado en derecho no podía perder la la ocasión y fue hacia él.
─ ¡Permiso jefe, buen día!
─ Adelante Pesoa, ¿Cómo le va? Siéntese ¿a qué se debe su visita?
─ Vera usted…vine más temprano esta mañana solo para recorrer la planta y realmente me asombra la visión que usted tuvo en este proyecto y su gestión. Ahora ya pronto a inaugurar la nueva fábrica con tecnología de última generación, ambiente saludable, un lugar seguro para quienes trabajen allí y posibilidad de progreso económico y como yo hace ya nueve años trabajo para usted, desde que éramos cinco empleados luchando día y noche por sacar adelante la compañía ¿se acuerda jefe? Usted es una buena persona, un buen jefe, no tuve otro igual y quisiera pedirle que considerara la posibilidad de mi traspaso a ese lugar porque yo conozco como nadie cada rincón y mi experiencia…
─ ¡Basta! No me hable más de este asunto,
¡¿Me entendió Pesoa?! ¡No me interesa lo que me está pidiendo! Ya lo habíamos hablado y tenía que haber quedado en claro, pero por lo visto usted no entendió, yo no me olvide lo que hizo aquella vez y es algo que tiene que ser castigado para darle una lección a toda la fabrica ¿usted me está entendiendo Pesoa? ─ El silencio se apodero del lugar y la mirada firme de un jefe que no va a dar un paso atrás─ Ahora acompáñeme a la terraza, quiero que vea la nueva planta industrial desde arriba. Y por favor vaya asesorando sobre todo lo que usted hace en su cargo y entréguele toda la información necesaria a Miguel Franchini…
─ Pero…no hace ni dos años que ese muchacho está en la empresa…
─ Haga lo que yo le digo porque el si va a pasar a ese lugar, usted no, ¿entendió?
y cierre la puerta al salir”.
Una circunstancia cotidiana frustrante y desalentadora, tantos años invertidos por alcanzar una meta y luego manos vacías. Además de esto que el reemplazo ya está tomado termina por sepultar el sueño de cualquiera.
¿Antecedente? Por supuesto, la Palabra de Dios nos refresca la memoria:
“Y ore Jehová en aquel tiempo diciendo:
Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza,
Y tu mano poderosa; porque ¿Qué dios hay en el cielo y en la tierra
que haga obras y proezas como las tuyas?
Pase yo, te ruego, y vea aquella buena tierra que esta más allá del Jordán,
Aquel buen monte y el Líbano.
Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de vosotros, por lo cual no me escucho; y me dijo: Basta, no me hables más de este asunto”. (Deuteronomio 3:23-26)
Moisés quería ganarle la buena gana a Dios, hablándole de su grandeza de su poder, pero ya estaba determinado que final le tocaría, es que Moisés fue desprolijo, hizo lo que Dios no le pidió, solo tenía que hablarle a la roca en Cades, para que fluyera agua y diese de beber a Israel y el la golpeo. No era de ellos el milagro, Dios iba a dar agua, pero junto con Aaron dieron un espectáculo penoso, maltratando la roca, que representaba a Cristo, esto no iba a quedar así. No santificaron el nombre de Jehová delante del pueblo. Por mostrarse como un temperamental líder le costó la entrada a la tierra prometida (Números 20:1-13). Su sucesor ya estaba preparado, Josué entraría con la nueva generación.
Alguna vez se habla de más, se hace de más en lo que Dios pide. ¿Por qué? porque tiene experiencia, porque su apellido es muy conocido, por esto, por lo otro, porque si. Luego se olvida y se sigue insistiendo en metas que Dios ya determinó como un asunto superado, que no le interesa y del que no quiere hablar. Inexplicablemente se pierde una bendición, y tal vez por la que se ha trabajado mucho. Y Dios nos hace ver lo que podíamos haber disfrutado de su mano. Desprolijos con lo que él nos pide, profanos a las cosas consagradas al nombre de Cristo. Por eso hay que ser cuidadosos con nuestro lugar en la iglesia aunque parezca un cargo mínimo, dando lo mejor de nosotros. Haciendo todo sin murmuraciones
¿Has visto como grandes líderes son quitados inexplicablemente de algo que creían tan asegurado? (¿que abra pasado detrás de escena?) ¿Has experimentado la perdida de algo tan ansiado y ver como se escapa de tu mano y se lo dan a otro? (recordar y asumir que hay situaciones en la que para Dios no hicimos lo correcto) Que podamos asumir con toda sumisión y aceptación cuando Dios determina el cambio de planes en su obra, estemos siempre atentos a obedecer su palabra sin agregar ni quitar nada de lo que en ella nos pide, ya que la tierra prometida esta por delante, para poseerla


 Pastor : DAVID FERNANDEZ

jueves, 22 de mayo de 2025

POR CULPA DE TU AMOR...

 


Por culpa de tu amor…

Ciudad de La Plata- Buenos Aires-Argentina-01-01-2025, 0.00 a.m.

La soledad y el destierro que se genera en una persona como una represalia a sí mismo, es el  detonante a una implosión generalizada y sucede cuando la llegada de la frustración es la alfombra roja en el alma que le da la bienvenida. Se necesita un argumento valedero para no admitir que en el resumen de los resultados desastrosos tuvimos mucho que ver.  Diríamos, bastante que ver.                                                            Cuando Ricardo cerró la puerta, arrojó las llaves del auto a la ventura, con fastidio para luego desplomarse sobre el sillón. Pensativo con respecto a esto, menea la cabeza asintiendo una mala costumbre que lo muestra implacable ¿demostrar? ¿A quién? Con un brazo descansando en el apoyo lateral puede ver la ciudad de La Plata frente a un gran ventanal. Tan imponente y bella como siempre. En el décimo piso de su departamento hay silencio, allí vive refugiado hace un buen tiempo, bah…recluido sería  la manera correcta de decir. Fue una decisión personal, eso de dejar su agenda en “stand by” y aunque extraña el estar delante de mucha gente, está aprendiendo a saborear la soledad en las antípodas de su ministerio. Es predicador, y es reconocido como un siervo de Dios muy elocuente en su oratoria. Pero últimamente se juntaron muchos opositores que rechazan el contenido de sus predicas. Hoy siente una confusión  en su oficio, siente sed en el alma, algo no está bien. Se arma de valor, busca su teléfono móvil, no lo encuentra y se desespera tomando aliento, al punto de recordar que lo había arrojado al vacío ayer, porque fue lo primero que le nació hacer; luego de que le dijeran que no lo tendrían en cuenta en unas próximas actividades. Y esto a raíz de un duro mensaje que expuso en un evento de interés municipal en la ciudad, a la que asistieron importantes autoridades de gobierno.                                                                                                              Finalmente pidió prestado a su vecino un teléfono ─ Por favor, será solo un momento ─ marcó el número…volvió a marcar, insistió…

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“¿Hola? ¿Podemos hablar?...

Últimamente no me he sentido bien, cuando tengas tiempo, pasa a visitarme. En realidad, creo que siempre supiste por lo que estoy pasando pero has estado ausente. Tal vez al vernos, pueda apaciguar un poco el deseo de venganza que me asfixia. Solo espero que no me recrimines por algo que en esencia no tiene nada que ver conmigo, sé que no es por mí tu enojo. Ya ves que por culpa de tu amor siento que soy humillado y avergonzado, no tengo otra manera de decirlo lo siento así y disculpa si soy tan frontal.                                                        Busqué en medio de este silencio, una palabra tuya para sostenerme y bueno… la hallé, si, y me hizo bien, fui feliz en ese momento y así también el hecho de que la gente al verme recuerden tu nombre lo tomo como un privilegio. Pero esto no cambia en nada mi parecer, no alimenta mi ego, no presumí en sentirme alguien especial y contrariamente decidí apartarme, desaparecer. Sí, es verdad lo que hice, me fui a mi propio desierto, a una soledad que me hizo reflexionar de que yo no generaba  este extraño sentimiento…fuiste tú quien me llenó de cólera, de una indignación que me consume hasta los huesos ¿lo sabías? Entonces… ahora pregunto, como quien pregunta al aire… ¿Por qué será que siento que hay un dolor que vino a mi vida para quedarse indefinidamente? ¿Por qué es que sospecho que no cicatrizara nunca mi herida? ¿Acaso no harás nada al respecto? Todo lo bueno que pensé sobre ti, se volvió un espejismo, como algo que se desvanece, y entonces es que siento la decepción sofocándome, ahora te veo como un extraño oasis, del que desconfió…”

(Silencio de ambas partes)…5 segundos después…

¿Ya está? ¿Ya dijiste lo que me querías decir?...bien, ahora me vas a escuchar. Tendrás que considerar que algo en tu persona nunca sufrió un cambio, ¿lo sabías?, a decir verdad, definitivamente algo reparador debe sucederte, tu manera de pensar debe cambiar, tu manera de hablar debe ser diferente y tus actitud endeble, firme. Así, en estas condiciones no puedes servirme a mí ni a ninguna buena causa. Pero si cambias, si en verdad lo haces tendrás mi favor y nada de lo que sientes ahora y te causa frustración, permanecerá; te ayudare a rehabilitarte, dalo por seguro. Entonces sí, podremos vernos cara a cara. Sinceramente; siento que hay cosas que están contaminándote y ¿sabes qué? Están en tu interior. Aun así valoro muchas cosas en ti, cosas preciosas lo admito… pero debes descartar la basura que guardas en tu corazón y lo ensucia. Es hora de que empieces a trabajar de inmediato en esto, piénsalo bien, de lo contrario, esto puede perjudicarte mucho, entonces, ¿porque no empiezas en marcar una diferencia?, no seas como los que te rodean, ellos tienen que imitarte. Medita en esto y tendrás todo de mi parte, voy a cuidarte, voy a defenderte de los malos y de los fuertes, lo haré, ya lo veras…”

 

Paráfrasis del libro de Jeremías 15:15-21 –La Biblia RV60

 

Tomado del libro: “Antes que llegue el invierno”

Autor: David Fernández- 2025-´Copyright

 

 

domingo, 13 de abril de 2025

NIEVE

 

 

CAPITULO 17

NIEVE

  Luego de unas horas cae tendido sobre  el pasto frió, el lugar donde muchos se rinden, ¿vale la pena volverse a levantar? se pregunta, aun le falta muy poco para llegar al arco que indica la entrada a la localidad de La Plata.  Se siente cansado…cansado de si mismo, de su estupidez, de la pasión desordenada que lo llevo a una incansable búsqueda de la verdad; que ahora duele y le muestra además la realidad de una generación que persiste en deteriorase. Como si hubieran encontrado la manera de vivir anestesiados, y así, no asumir responsabilidad de ser protagonistas de la historia. Esperando por la muerte que les hubiera tocado en otro tiempo.  Han alterado el orden natural. Padres que entierran a sus jóvenes hijos, hijos que entierran a sus padres de por vida.

  “Lo intente”… balbucea para el mismo…”lo intente”

  Como una vertiente en su corazón, imagina a Leticia. Su mente la recrea en su mejor figura que viene al amparo de las sombras, le trae un ramo de flores, ella esta triste por el y le habla pero el no la escucha, solo puede leer sus labios. Rafael no atina a nada, inmutable a sus reflejos solo la mira desde el suelo…y ella, solo ella le acompaña en el final del día, para despedirse para siempre del soldado que yace inerte. Deja el ramo a su lado y se va, es tarde… su apariencia se disipa con el viento.

Aun en una imagen volátil Leticia lo envuelve en el recuerdo de su perfume y luego… la nada.

 La incertidumbre y la desesperanza  vuelven como tropas de relevo rodeándolo. En busca de una deuda pendiente.

“…Buscala Rafa,…si volves…buscala…” Una voz grave, lenta y distorsionada le suena audible.

Su rostro sigue apoyado en la tierra, donde tarde o temprano van a parar los invencibles.

 Mira los árboles que ahora están inmutables, inconmovibles y que se comportan de manera extraña. Desertores  a la natura, encubridores del próximo cisma, y  algo que  vuelve  para un final inesperado.

“… ¡Rafael!... ¡Rafael!... ¡tu hermano!.. Le dieron…”  Ese recuerdo otra vez. Sus ojos se cierran, pero esta consciente.

 Entonces es que sale de la trinchera en su imaginación desobedeciendo órdenes, su hermano esta distante pero el llega. De fondo el bombardeo y la balacera incesante, pero el corre buscando a su hermano. En medio de la improvisación, el azar sigue buscando quien tiene tanta suerte como para seguir con vida, llega donde está él y lo abraza porque está muy mal herido…herido de muerte. Con un esfuerzo Víctor le devuelve a Rafael la foto que guardo un día en su bolsillo. 

 Le hace prometer que la seguirá buscando.

“…Buscala Rafa,…si volves…busca a tu mamá…”

“…Prometemelo….” Sus ojos color miel se están cristalizados…el rostro de  Víctor se va… Su hermano…muere.

 

       Esta anocheciendo rápidamente, el Parque Pereyra Iraola en las afueras de la ciudad de La Plata está cambiando.  Es 9 de julio del año 2007, luego de ochenta y nueve años vuelve a nevar aquí. Un día tan particular en que la nieve lo encuentra vencido en un parque. Como hace veinticinco años cuando la nieve lo encontró por primera vez rendido en una isla.

Algo extraño iba a suceder en este día, Rafael lo venia presintiendo. Pero jamás pensó  que el cielo le enviaría este regalo porque ahora si se ha quedado profundamente dormido.

Su conciencia, ahora lo deja libre, y lo lleva a despertar del conflicto que vivió por años dentro de el.

   Muchas cosas comienzan a tener sentido…aquella tarde en el reencuentro con su padre y su abuela paterna al regresar de Malvinas.

“… Solo…lamento que Víctor no pudo volver conmigo…no pude hacer nada por el”

Pero ellos solo le entregaron miradas cómplices y desconfiadas, tal vez suponiendo que es parte del respeto que se les debe a los héroes. Nunca le preguntaron nada, nunca le indujeron a contar nada. El sospecho que comprendieron la perdida y ellos supusieron que no era el mismo. Ocultaron el juicio desacertado.

Todo lo que sucedió esa noche en la isla vuelve a su memoria de manera recurrente, el mejor lugar para esconder a un héroe; finalmente esto le induciría en la búsqueda de su madre. Solo una promesa jurada en Malvinas, desataría ese valor que había perdido en su reprimida juventud.

   La escena nevada es imperdible, el momento emocional irrepetible, es el punto de inflexión que abre cualquier mente o corazón.

 No es la primera vez que el llegaba hasta aquí, bajo este viejo álamo desnudo que lo vio guardar una tarde entre sus raíces, un pequeño paquete con algunas cartas desde el frente de batalla. Esas que nunca mando a su padre... nunca las había enviado.  El soldado siempre le reclamo en silencio el porque de la indiferencia paternal a la esperada correspondencia. Pero le duele admitir que jamás las entrego al correo militar. También  su gorra de soldado envuelto en una pequeña bandera argentina. Un “Cementerio Darwin” al que solo Rafael asiste, porque es suyo.

  Volvió por su palabra cumplida, ahora Víctor descansaría en paz.  Las islas aquí, para el…la nieve...también.

Divaga en su mente, abre sus ojos mirando el cielo y la nieve que cae.

 

 

“…Rafael, mañana haremos un viaje muy temprano…

…¿Y mamá?  ¿Dónde está mamá?...

…Somos hermanos, es una larga historia, pero te la voy a contar ya que estas de guardia…

…Hola, eeh…acabo de salir de un ataúd…creo que hoy no es un buen día para mi funeral…

…¡Gracias Rafael, por el perrito y se llama Katuna como el que tenia antes!…

…¡Para pibe! ¡Entregate rusito no dejes que te maten!…

…Rafael, siempre me gustaste, ya estoy cansada de los pibes del barrio, y de la droga, llevame con vos a donde sea…

…¡No me podes matar! Porque soy tu padre…si no me crees preguntale a tu viejo…

¡Soy tu padre!… ¡soy tu padre!… ¡soy tu padreeeeeeeee!…”

 

     El ha descubierto algo en el subconsciente y ahora si se quedo dormido, rendido. Dormido profundamente.

Antonio conocía este lugar, no era la primera vez que lo encontraba solitario y meditabundo, ya hubo otras épocas, por eso fue allí a buscarlo.

 Detuvo el auto, vio desde allí que  Rafael estaba tendido en el suelo blanco, las huellas de los neumáticos sobre la nevada virgen quedan marcadas, la mano en el hombro también. Lo ayudo a ponerse de pie. Quizás vuelva a nevar en ochenta y nueve años aquí en  La Plata. Pero un hombre debe levantarse  antes que cese el milagro. Despertarse cuando cae nieve y redimir el recuerdo yermo debe ser algo espontáneo… no cae nieve muy seguido en el desierto. Se miraron por un momento, los ojos tristes color miel no perdieron el brillo a pesar de la edad.  Por una burla del destino, solo por una burla, Antonio no es el padre de Rafael. El soldado no solo necesitaba un padre en este momento, sino también un amigo. No había nadie cerca en más de quinientos metros a la redonda.

Antonio baja su cabeza, gime, solloza…era el momento

      ─ Perdoname Rafael…lo siento mucho…perdoname… Solamente Antonio sabe su cargo de conciencia.

Rafael abrió sus brazos buscando el afecto contenido. Se abrazaron, la nieve caía sobre ellos uniendo sus figuras. Lloraron,  sus historias estaban unidas desde siempre, nada cambiaria para ellos. Antonio nunca supo que Rafael había descubierto este secreto, sobre su madre y sobre quien era su verdadero padre. Nunca lo sabrá tampoco.

 El pasado es volátil, no volverá más a abofetearles la otra mejilla, ya no. Vuelve a peinarse con sus manos  el cabello sobre la frente… entonces es que la ve…ella esta saliendo del automóvil  para ir al encuentro del soldado que ahora si regresa a casa para quedarse definitivamente. Su canción preferida suena en el aire… y Leticia  no es un engaño de su alma. Esta vez no  viene envuelta por un halo de fantasía; es ella que corre hacia el para besarlo y colgarse de su cuello como tantas veces.

La nieve sigue cayendo cambiando el paisaje. El quiere decirle algo importante:

      ─…hoy la nieve me despertó de un sueño que nació en Malvinas…donde creí que había encontrado a mi hermano… Víctor… no era mi hermano. También hoy, confirme sospechas que tuve toda mi vida, de cosas que pasaron en mi adolescencia. De un tiempo familiar negativo, de rechazos y violencia, de dolor y ausencia. Mi padre no es mi verdadero padre, todo parece tan extraño para mi; me siento como si hubiera despertado de una pesadilla…no sé.

     Ella vuelve a besarlo, y pone luego su mano sobre los tibios labios de Rafael. Para que ya no diga mas nada, ya estaba bien.  Leticia disimula bien su pensamiento, sabe que ya abra tiempo para hablar de fantasías. El silencio ya no es profano en medio de tanta necesidad. Rafael voltea a ver el lugar que deja, introduce la mano en el bolsillo de su abrigo y saca un puñado de semillas que había llevado para la ceremonia íntima. Piensa que tal vez seria bueno esconderlas bajo este álamo, pero desiste. Su mano sigue abierta

      …son semillas de lilas,  eran las preferidas de mamá… debo encontrar un lugar para dejarlas.

      No es el tiempo aun Le dice ella, mientras se frota las manos y calienta su nariz enrojecida por el frío Lo sé…nacerán en primaveraAsiente el gesticulando. Ella  acaricia su vientre…

      Nuestro hijo también.

     Volver a casa recorriendo el camino Centenario, es volver a renovar la imagen desgastada por la rutina, el paisaje platense a cambiado, la gente camina de puro gusto de  aquí para allá, buscando la mejor foto en la noche. Cada lugar público en la ciudad esta concurrido, aunque es medianoche, la gente deja expresar un espíritu inusual de alegría, muchos también juegan con la nieve en la plaza  Complejo Malvinas Argentinas. Una imagen atípica, nunca había estado así. Un hombre mira todo a través del vidrio del automóvil mientras la nieve cae.  Sale y  camina lentamente hacia la glorieta en donde siempre se encuentran las parejas, nadie repara en lo que el hace pues todos tienen su atención en la novedad. Arroja las semillas en algún lugar y después se marcha…y después suspira…y después la nieve.

 

Capítulo 17 del Libro “Secretos Inconfesos” autor: David Fernández -2016-Amazon- copyright

 

LOS MUROS DE AMSTERDAM

Amsterdam - Países bajos – 2024                                                                                           Han pasado algo...