UN
PLAN PERFECTO
Una misión específica de gran envergadura necesita un plan perfectamente elaborado lo que hace pensar que no puede depender de una sola persona, por la importancia que conlleva cada instancia, por la magnitud de un propósito inicial es que cualquier acción indebida o equivocada finalmente afectará para bien o para mal tal vez, a mucha gente.
En un plan estratégico hay personas involucradas y a veces pueden ser muchas. De más esta decir que cada uno ha sido seleccionado rigurosamente por un perfil sobresaliente. Si es así convengamos que para que una misión sea exitosa la misma debe estar minuciosamente estudiada por cada uno de los involucrados. Es casi imposible que una sola persona lleve a cabo una estrategia y que no esté sujeta al error humano. Pero un plan siempre tiene un secreto inherente, implícito. Alguien que ayude, otro que aporte un dato desconocido, alguien que colabore incondicionalmente, alguien que se sacrifique. Tal vez tenemos en mente alguna buena película al estilo Hollywood, algo en Netflix, bien guionado con una trama interesante. Hay un momento clave, el clímax de una historia de superación en la que el protagonista cruza la frontera, está en libertad. El rescate en un asalto con toma de rehenes, adrenalina pura en una circunstancia en la que algo puede fallar. Es un lugar crítico, es el instante ideal para dar un paso al costado o seguir avanzando dispuesto a pagar el precio, cueste lo que cueste.
“Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo”…
“Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos”…
San Juan 17:24 ----18:1
El maestro, sale de la ciudad, cruza el torrente de Cedrón,
sube la pendiente del valle que lleva el mismo nombre, para estar en el huerto
de los olivos. Allí, donde siempre va a orar con sus discípulos. Previo a esto
le pide a su Padre en una oración intercesora, que les permita que sus discípulos
puedan estar con él, en aquella gloria que le recibirá nuevamente. Pero no
haciendo énfasis en lo significativo de su reino, sino para comprobar el amor de su Padre.
Cedrón significa “oscuro” “sombrío”, es el lugar que Jesús debe cruzar para dar continuidad al “Plan Perfecto”. Todo está sujeto a un error, aunque Jesús es verdadero Dios, también es verdadero hombre. Hay un secreto que él sabe es crucial y allí lo revelara para nosotros. El valle de Cedrón tiene historia para contar, como la de muchos lugares, como la historia de algunas personas, como la historia de mi vida o de la tuya…historias.
Fue este mismo lugar donde el rey David conoció un
momento crítico de su reinado, cuando su hijo Absalón se sublevo y derroco su
gobierno tras un par de años haciendo proselitismo bajo un manto carismático de
popularidad.
“Y todo el país lloro en alta voz; paso luego toda la gente el torrente de Cedrón;
así mismo paso el rey; y todo el pueblo pasó al camino que va al desierto”…
“2 Samuel 15:23 y 30
, Y David subió la cuesta de los Olivos; y la subió llorando, llevando
la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todo el pueblo que tenia
consigo cubrió cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían”…
El rey Asa, en 1 Reyes 15:11, echo a los sodomitas del país,
hizo renunciar a su madre a ser reina
porque hizo un ídolo de Asera. Deshizo los ídolos y los quemo en el torrente de
Cedrón.
El rey Josías en 2 Reyes 23: 6 y 12, derribo altares de Asera
y los quito de la casa de Jehová y lo quemo en el valle de Cedrón. Altares que había
hecho Manases y los hizo polvo arrojándolo al torrente de Cedrón.
El rey Ezequías en 2 Crónicas 29:16, Limpio la inmundicia
que habían traído al templo y lo arrojo al valle de Cedrón
Las imágenes se superponen, parece una secuencia cinematográfica en la que aún faltan detalles que no pueden pasar desapercibidos. Los religiosos del templo habían construido acequias hacia el torrente. Un lugar que recibía en sus tranquilas aguas (hasta que se llenaba por las abundantes lluvias) todo el excedente de sangre de los continuos sacrificios. El torrente la llevaría a su destino final, el Mar Muerto. Esto debía terminar, a Dios ya no le agrada este tipo de ofrenda, no es suficiente para toda una humanidad perdida. Nos ha sucedido, algún momento en nuestra niñez, en nuestra juventud; el de transitar el lugar sombrío de la soledad, de la falta de afecto, del rechazo. Un oscuro valle en donde nuestro pasado doloroso y todo pecado que nos asedia en un mundo que administramos en privacidad absoluta que debe ser desechado para aceptar que la voluntad de Dios es lo mejor que puede pasarnos. Jesús lo cruzo, pero no porque tenía algo de que arrepentirse, lo hizo en humillación haciéndose hombre en obediencia, porque él era el cordero de Dios. Nadie hizo una logística del odio que estaba en ciernes y ahora es consumado, nadie aporto datos sobre cuando comenzaba la hora de las tinieblas, no hubo quien le hiciera cruzar la frontera en un salvoconducto, ninguno aporto a su libertad. Algún valiente discípulo sugirió enfrentar la situación con violencia y solo estaba obstaculizando la misión (¿pensaste en Simón Pedro, verdad?) ¡Correcto!
“Vuelve tu espada a su lugar”…
“¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que
él no me daría más de doce legiones de ángeles?...
“¿Pero como entonces se cumplirían las Escrituras de que
es necesario que así se haga?
Acompañado por la palabra profética, entristecido y
angustiado sube hacia el huerto.
Jesús sabe que un paso a un costado es posible, está implícito
en el huerto de los Olivos, en sus oraciones, en el sudor que son como gotas de
sangre “Si puedes pasa de mi esta copa”…
Y es que aun se huele el humo de ídolos quemados que sube
por el valle. Aun por el rio, el agua baja turbia de tantos desechos, que se
arrojan de la ciudad. Las lágrimas del rey David y del pueblo que lo acompañaba
siguen humedeciendo la tierra, porque todo está bien hasta que algo sale mal. Si,
así es, este lugar tiene sombra de muerte, un sitio que alguna vez tendremos
que transitar en busca de la felicidad. Tal vez muchas decisiones en nuestra
vida tuvieron un carácter personal, sin connotaciones bíblicas y que aun sobreviven
al tiempo. Para refrescarnos la memoria de que algo no funcionó en nuestro minucioso
plan elaborado en la independencia de Dios. Un proyecto de trabajo, una carrera
profesional, una relación. Una historia.
Dios tiene propósitos trascendentes y buenos, pero en
algunos casos no se cumplen por el mero hecho de que intentamos darle una mano en
el afán de ser favorecidos y allí lo echamos todo a perder. Cuando pensamos que el necesita que
colaboremos por si acaso algo puede abortar la misión. La vida del cristiano,
de un hijo de Dios es la obra consumada de un plan perfecto, que se remite a un
secreto tan trillado pero lamentablemente mal asumido cuando debe ser ejecutado
y es con respecto a quien sostiene los hilos que dan continuidad a nuestros próximos
años de vida sobre la tierra. En el huerto hubo un final alternativo a la
voluntad del Padre y era tan sencillo como fallar. El valle de Cedrón debe ser
reconfigurado, el torrente de Cedrón debe ser sanado. Luego que el maestro baje
del huerto y camine hacia la cruz algo debe cambiar. Tal vez este lugar,
nuestra querida iglesia sea un buen lugar para decirle a Dios:
“Que nada sea mi deseo, sino tu voluntad”…el secreto del
Plan Perfecto se nos revela para el próximo paso, aceptar la voluntad de Dios
no es poca cosa.
Necesitamos cruzar un río diferente, un torrente
espiritual que afecte nuestras vidas de manera radical, que cuando subamos
hacia nuestro Getsemaní, en nuestro regreso tengamos asumida la voluntad del
Padre aunque haya que pagar un precio muy alto y que va en contra de nuestros propios
intereses. Necesitamos una palabra que
nos dé una visión renovada.
“Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas
que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada
de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado
derecho de la casa, al sur del altar”…
“…Y me hizo pasar las aguas hasta los tobillos”…”.hasta
las rodillas”…”hasta los lomos”…
“Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán
al Araba y entraran en el mar y entradas en el mar, recibirán sanidad las
aguas. Y toda alma que nadare por donde quiera que entraren en estos dos ríos, vivirá
“..Porque sus aguas salen del santuario y su fruto será
para comer y su hoja para medicina”…
Ezequiel 47:1 -8-9 y 12
El profeta tuvo
una visión alentadora de un rio saliendo del lugar Santísimo, aguas del Espíritu
de Dios que traen sanidad, salvación que llega como un torrente. El velo del
templo rasgado en dos lo confirman, abrazar la voluntad del Padre valió la pena.
Será nuestro alimento diario y remedio
para nuestras almas. Un reto para valientes, que no temen mal alguno, porque
Dios está con ellos. Por la obediencia a la voluntad de quien en la eternidad
no diseño una estrategia militar sobre el mapa de un mundo que dependiendo de un
ejército de soldados subordinados a una causa sino a la obediencia de un solo
hombre. Que
Dios alumbre nuestro entendimiento, que el torrente del Espíritu venga con sus
aguas saludables y nos moje los tobillos desde nuestra niñez espiritual cristiana,
que nos moje hasta las rodillas en cada etapa de madurez para enseñarnos a vivir
en humildad y rendición y también que estas aguas nos llegue hasta los lomos para aprender el verdadero esfuerzo en el servicio al
que nos ha llamado. Que Dios bendiga nuestras vidas. Amén.
Fragmento del mensaje dado por el Pastor David Fernández en la iglesia El Buen Pastor - ciudad de La Plata-Buenos Aires-Argentina
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